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Calero y Moyano defienden a Malbasic en el partido del pasado domingo.
La media inglesa

La media inglesa

Sostiene el articulista que, siendo aceptable el cambio de estilo del Real Valladolid, debería intentar asemejarse más al Huesca

juan ángel méndez

Miércoles, 31 de enero 2018, 14:39

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Dice Luis César que hay que hacer bueno el punto de Tenerife el sábado ante la Cultural. No le falta razón al técnico, que ha dado un volantazo al estilo de su equipo en las últimas jornadas. El Real Valladolid bucea ahora en la corriente conocida como ‘media inglesa’, teoría que da relevancia a los empates a domicilio y los triunfos en feudo propio. Sobre el papel, no es mala dinámica, pero a la vista de la clasificación, y si el cuadro castellano quiere cambiar de categoría sin penitencia, debería buscar la fórmula de sumar de tres en tres, tanto en Zorrilla como lejos del hogar.

El punto de Tenerife extiende buena parte del mérito sobre los guantes de Masip, que evitó la derrota con dos paradas de otra galaxia. Del resto, más allá de que el Real Valladolid por fin ha detenido la sangría de goles en contra, poco se puede extraer. El conjunto de Luis César ha pasado de volar como un Ferrari a presumir de las prestaciones que aporta un pequeño utilitario, que te sirve para moverte con comodidad por la ciudad, pero que sufre cuando lo pones en el medio de una autopista.

El técnico debe encontrar el punto medio entre el tedio y la eficacia. No es fácil. De momento, el Real Valladolid tiene dos aristas, la que exhibe a domicilio, donde se presenta como un equipo con pánico a atravesar la línea del medio del campo, no hablemos de verle la cara al arquero rival, y la que escenifica en su estadio, donde destila más ambición y velocidad.

Un ejemplo claro de este equilibrio entre solidez y contundencia, con una retaguardia armada y un juego ofensivo picante, lo representa el Huesca, que cada semana se acerca un poco más al éxito gracias a un modelo balompédico que defiende con orden sin renunciar al ataque.

Es la asignatura pendiente de Luis César, pero bastante ha tenido el técnico con recuperar la solvencia defensiva para poner un muro en su puerta en los tres últimos partidos. Ahora, lo que toca es dar una vuelta más a la tuerca y convertir la racanería en generosidad, que la presión escale unos metros y que los robos de balón en campo contrario impidan ocasiones rivales y generen oportunidades propias. ¿Difícil? Sí, pero no imposible. Hay ejemplos a seguir que no cuentan en sus filas con un Jaime Mata, que convierte en gol todo lo que toca.

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