El Norte de Castilla
Real Valladolid

real valladolid

Rubi, Torras y el legado de Tito Vilanova

Rubi, Tito Vilanova y Jaume Torras, durante la presentación del cuerpo técnico del Barcelona en julio de 2013.
Rubi, Tito Vilanova y Jaume Torras, durante la presentación del cuerpo técnico del Barcelona en julio de 2013. / FC BARCELONA
  • El fallecido técnico reunió en el Barça al primer y segundo entrenador blanquivioleta

Un ejercicio de ucronía lleva a plantearse cómo habría transcurrido la última temporada del Fútbol Club Barcelona si Tito Vilanova hubiera superado su cáncer y siguiese al frente del banquillo azulgrana. Porque si la historia hubiese trazado un camino distinto en Can Barça, el Real Valladolid de la temporada 2014-2015 también resultaría muy diferente. Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ y Jaume Torras ocupan ahora el cargo de primer y segundo entrenador del Real Valladolid, pero hace un verano fueron presentados como flamantes ayudantes de Vilanova. Eso sucedió el 18 de julio de 2013. Al día siguiente, el mundo del fútbol quedó sobrecogido cuando Tito anunció su dimisión como técnico debido a una recaída –que acabaría siendo definitiva– por el cáncer en la glándula parótida, detectado por primera vez a finales de 2011. Rubi y Torras, recién ingresados en el Barça, continuaron en la estructura técnica cuando llegó Gerardo ‘Tata’ Martino al banquillo dos días más tarde. El Tata se apoyó mucho en Rubi durante la campaña. La labor de Jaume Torras, en cambio, resultó más residual, ya que el técnico rosarino contaba con sus propios ayudantes para tareas de seguimiento y análisis de los rivales. En Barcelona quedó flotando la sensación que Tito Vilanova, consciente del avance de su enfermedad, quiso atar la contratación de dos talentos tácticos como Rubi y Torras antes de su marcha. Los ayudantes de Tito convivieron con los hombres de Martino, lo que causó a veces solapamiento de funciones, aunque ni el club ni el nuevo entrenador quisieron despedir a ningún integrante.

Tito Vilanova fue clave para el encuentro profesional de Rubi y Jaume Torras en Barcelona y, por ende, para su prolongación ahora en el banquillo del Real Valladolid. Durante su etapa como jugador, Rubi ya había compartido vestuario con Torras en el Manlleu (Segunda División B). Rubi jugaba como delantero y Jaume Torras se desenvolvía como portero. Pero antes, Torras (Vic, Barcelona, 1968) había pasado tres años en La Masía, donde coincidió con otros jóvenes talentos futbolísticos como Tito Vilanova, Pep Guardiola o Jordi Roura. Allí se fraguó lo que se denominó la ‘penya dels golafres’ (peña de los glotones), que debe su nombre, según publicó ‘Mundo Deportivo’, a los embutidos de sus respectivos pueblos con los que regresaban los domingos a la residencia y que compartían durante la semana. Torras y Vilanova mantuvieron desde entonces una gran amistad.

Jaume Torras se retiró como jugador en 2001. Tres años más tarde, dirigió al Manlleu y posteriormente al Vilassar y al Cornellá. En 2008, se apartó del fútbol para convertirse en el administrador de Tallers Malla, un concesionario de Citröen en la provincia de Barcelona. Su caso ilustra lo que pudo ser también la carrera de Rubi lejos del fútbol. El actual entrenador del Real Valladolid pensó en el año 2010 que su etapa como técnico podía haber llegado a su fin y se planteó trabajar en Transrutas, la agencia de viajes de su familia. Pero el Girona recuperó a Rubi para el fútbol, donde llamó la atención de Tito Vilanova y el malogrado técnico azulgrana le reunió con Torras en el verano de 2013 en el Camp Nou. El nuevo Real Valladolid tiene, por tanto, genoma alzugrana y gran parte de la herencia táctica que quiso legar Vilanova al Barça antes de su fallecimiento.