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Agitación en Tenerife

Los futbolistas del Tenerife celebran el gol de Iker Guarrotxena ante el Mirandés el pasado domingo.
Los futbolistas del Tenerife celebran el gol de Iker Guarrotxena ante el Mirandés el pasado domingo. / Diario de Avisos
  • El próximo rival del Real Valladolid sufre las críticas de su afición, descontenta con el proyecto

La hinchada del Tenerife anda revuelta. Solo han transcurrido cuatro partidos de Liga y, a pesar de que el equipo chicharrero acaba de lograr ante el Mirandés su primera victoria (1-0), la isla hierve en contra del proyecto deportivo, los jugadores reciben silbidos en el Heliodoro Rodríguez López y declaraciones como las efectuadas esta semana por el portero vallisoletano Jacobo Sanz (cedido en el Tenerife por el PAOK griego) echan gasolina al fuego. El Real Valladolid, que navega apaciblemente tras las últimas victorias, recibirá este domingo (Zorrilla, 20:00 horas) a un equipo que vive en medio de la agitación social.

Las causas de la desafección tinerfeña hay que buscarlas en el tramo final de la pasada campaña. El Tenerife, recién subido de Segunda B de la mano de Álvaro Cervera, aspiró durante gran parte de la temporada a colarse en el ‘play-off’ de ascenso a Primera, pero se desinfló estrepitosamente en los últimos siete partidos, donde no sumó ni un punto ni marcó un solo gol. Además, el estilo de juego de Cervera se tiene por conservador y gran parte de la hinchada blanquiazul demanda un fútbol más vistoso. En la segunda jornada de esta campaña, en el choque del Tenerife ante el Albacete (1-1), la hinchada ya silbó a los jugadores, que venían de perder ante la Ponferradina (0-1). El mensaje que emite el club es claro: el equipo lleva ahora cuatro puntos, dos más que en las primeras cuatro jornadas de la pasada campaña. Pero los aficionados no se dan por satisfechos.

El concepto de la ‘canariedad’ es uno de los focos de la crítica. El canterano Ayoze Pérez, el futbolista más desequilibrante de la pasada temporada en Tenerife, fue traspasado al Newcastle inglés por dos millones de euros. El central Bruno González, otro de los puntales de la cantera, optó por marcharse al Betis. La afición entiende que el club tinerfeño pierde identidad con la salida de ‘sus jugadores’ y la llegada de sudamericanos como los uruguayos Diego Ifrán (al que pretendió el Real Valladolid en verano y que se lesionó en la primera jornada) o Maxi Pérez no ha acabado de convencer a parte de un público que quiere identificarse con futbolistas de la tierra. El club tinerfeño buscó la incorporación de canarios (entre ellos el exblanquivioleta Mario Álvarez), pero las operaciones no cuajaron.

La victoria del Tenerife ante el Mirandés no ha calmado los ánimos. El portero Jacobo Sanz compareció el pasado martes en rueda de prensa. Sus declaraciones molestaron por el tono crudo cuando se le preguntó si el equipo trabajaría ahora más tranquilamente: «Nosotros siempre hemos estado tranquilos, los que no han estado tranquilos son los de fuera. Aquí parece que gusta mucho meter mierda. Hay cosas que no terminaré de entender nunca [...]. Vamos a intentar hacerlo lo mejor posible. Y tener calma, lo repetiré muchas veces porque si al final nos peleamos todos esto va a ser una casa de putas y nos vamos todos a la mierda». Algunos periodistas de la isla consideran que esas declaraciones han contribuido a avivar el lío ambiental.

A Jacobo se le reprochó el tono desabrido y el hecho de ser un recién llegado para pronunciarse con tanta contundencia. En el plano meramente futbolístico, el portero vallisoletano ha sido titular en los cuatro partidos de Liga. Falló en los dos primeros y ha exhibido un buen nivel en los dos últimos.

Otro vallisoletano, Alfonso Serrano, ha vuelto a la dirección deportiva del Tenerife, esta vez para formar tándem con el entrenador, Álvaro Cervera. Serrano no concede entrevistas en Tenerife, aunque ha anunciado que comparecerá en rueda de prensa en cada tercio de Liga. Su vuelta a la isla también ha sido criticada. Se valora positivamente su papel en la confección del Tenerife que acabó subiendo de la mano de José Luis Oltra, pero se le achacan fallos en otros fichajes y se le recuerda su vinculación con Santi Llorente, quien, a pesar de los éxitos deportivos que cosechó en diferentes etapas, no acabó bien en la isla. Serrano y Cervera han fichado ahora a futbolistas como Diego Ifrán (objeto de deseo de muchos clubes en verano), el mexicano Ulises Dávila o el argentino Ruso García, a los que consideran piezas de muchos quilates para el Tenerife.

El objetivo público es mantenerse y seguir desarrollando el proyecto de Álvaro Cervera, que suma su tercera temporada en el banquillo. «Sumar los cincuenta y pocos puntos que nos garanticen la permanencia», dicen en el departamento de comunicación. El técnico, Álvaro Cervera, ha defendido la misma meta en comparecencias recientes. Sin embargo, el presidente del Tenerife, Miguel Concepción, ha deslizado la idea de que hay que demostrar algo más de ambición que el año pasado. Cuando el club canario negoció la incorporación de futbolistas como Ifrán, Uli Dávila o Vitolo, el mensaje resultó muy similar: «Vamos a hacer un equipo para subir. Queremos estar en Primera».

El Real Valladolid aspira este domingo a echar más sal en la herida canaria, pero el Tenerife buscará apagar los fuegos con otra victoria para ir recuperando la paz social.