La última pretemporada no resultó fácil para Javi Chica (Barcelona, 1985). El talón le martirizaba durante los entrenamientos, pero el futbolista aguantaba estoicamente el dolor. Chica no quería perderse sesiones clave que buscaban armar física y tácticamente al Real Valladolid con un solo reto marcado en rojo: abandonar la Segunda División el próximo verano y ascender a Primera por la vía rápida. El talón le incordiaba, aunque no lo suficiente para dejarle en la enfermería. Chica aguantó.
Además, existía otra circunstancia. El lateral derecho necesitaba recuperar la autoestima, dañada tras su paso por el Betis y la caída del equipo sevillano a Segunda División. Eso solo podría lograrlo sobre el césped.
«Sí, el año en el Betis fue muy duro por el descenso y me ha costado un poquito coger confianza con el balón. Además, en pretemporada sufrí ese problema en el talón que no me impedía entrenar, pero que me molestaba bastante. Ahora, me siento fuerte, con confianza y la moral alta para hacer lo que hecho siempre: mostrarme fuerte en defensa e incorporarme continuamente al ataque», señala.
Javi Chica destacó en el último partido ante el Sabadell y cumplió con las dos premisas del buen lateral, aunque cada partido resulta diferente. «Siempre analizamos los encuentros. Depende del rival que esté delante y del jugador que se encuentre en la banda, si defiende más o menos, o se queda descolgado. Todo eso lo trabajamos semanalmente, junto con la información que el cuerpo técnico nos aporta del rival. Cada partido se desarrolla de una manera, por mucho que lo queramos tener todo previsto. Pero siempre salimos preparados».
La llegada de un futbolista como Javi Chica al Real Valladolid solo se entiende desde la concatenación de varios factores. Por un lado, la llamada de Joan Francesc ‘Rubi’, técnico que ya le dirigió en el Espanyol B. Por otro, la necesidad que sentía Chica de afrontar un nuevo desafío en su carrera.
«La gente me decía que era un paso atrás venir a jugar aSegunda y yo les contestaba que no. Aun contando con alguna propuesta más, tenía claro que quería venir aquí. Recibí la llamada de un entrenador que me conocía y además se trataba de un reto bonito: me hace ilusión tener un ascenso en mi currículum deportivo. Yo he firmado dos años con el Real Valladolid y muchos otros jugadores también han venido aquí con la apuesta de subir. Somos un equipo veterano, que sabe lo que tiene que hacer. Creo que la experiencia que hay en el vestuario va a ser un punto a nuestro favor».
Javi Chica también aparece como epítome de ese equipo maduro, bien confeccionado para adaptarse a los rigores de una competición tan exigente como la Liga Adelante. El lateral derecho ha ido acumulando partidos en Primera (179) y ahora, a los 29 años, empieza a marcar las diferencias en Segunda, una categoría que le resultaba desconocida.
«Creo que estoy en el mejor momento de mi carrera. Soy un jugador veterano, con experiencia, con muchos partidos a mis espaldas. A nivel físico me encuentro muy bien. Dios quiera que no tenga ninguna lesión. La última fue hace dos años, en el Betis, una operación de menisco, pero desde entonces no he tenido dolencias musculares ni nada... aunque mejor no hablemos mucho de esto por si acaso», dice entre risas.
Javi Chica comenzó a formarse como mediocentro y extremo en el barrio barcelonés de El Guinardó. Durante su etapa en el Martinenc, y hasta los nueve años, ocupaba esas demarcaciones. Luego, ya reclutado por el RCD Espanyol para sus categorías inferiores, los técnicos lo reconvirtieron a la posición de lateral derecho, donde sus condiciones brillaban más. «Empecé a jugar como lateral en categoría cadete. Ahí me quedé».
Todos importantes
Esta temporada, Chica ha sido suplente en tres partidos, en los que ha aparecido Chus Herrero como lateral derecho titular. «Es algo que el entrenador hace continuamente: una semana ha cambiado al pivote y en otras al lateral, delantero, extremos... Esto hace que todos los jugadores nos sintamos importantes y que trabajemos siempre con la misma fuerza».
Javi Chica se encontró con Rubi en el Espanyol B en la temporada 2005-2006. En esencia, el técnico mantiene el mismo ideario. «La filosofía de estudiar mucho a los contrarios para preparar los partidos es igual ahora que entonces. Y también la manera de pensar:tratar de marcar siempre más de un gol. El entrenador y su cuerpo técnico son muy ambiciosos».
Chica, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, hinca los codos ahora para obtener el título de entrenador. Se siente «muy cómodo» en Valladolid junto a su esposa, aunque encuentra complicaciones para practicar sus ‘hobbies’: «Me gusta ir la playa, pescar, los animales... ¡Pero pocas cosas se pueden hacer aquí cuando empieza el frío!».