El Norte de Castilla
Real Valladolid

El presidente de la salvación

  • Andrés Martín y Tomás Rodríguez Bolaños, dos personajes claves en el Real Valladolid

Domingo 6 de octubre de 1991. 17:00 horas. Quinta jornada de Liga y cero puntos en el casillero pucelano. Real Valladolid y CD Albacete se citan en el estadio Zorrilla, y arbitra García Prieto. Una expectación inusitada se ha generado a lo largo de la semana, tras comprobar los aficionados que el club comienza a dar señales de poder salvarse.

Todo ello, después de un verano convulso en el que se habían ido al garete los fichajes de Caminero y Pacho Maturana por el Real Madrid.

Martín y Bolaños firman

Martín y Bolaños firman / el acuerdo.

La negativa de Ramón Mendoza a firmar unos contratos ya acordados por ambas partes había sumido al club, a su entrenador y a su jugador más emblemático en una situación extraña en lo personal y preocupante en lo deportivo, y de paso, habían cortado el flujo económico que tanto se necesitaba para pagar los sueldos de profesionales y empleados. Igualmente, se cerraba la vía de entrada al famoso Plan de Saneamiento, condición previa a la conversión en SAD.

Pendientes quedaban por dirimir ese día varios duelos. El de dos entrenadores de éxito, como lo eran Francisco Maturana y Benito Floro. O el que acontecía con ambos guardametas, ya que tanto el colombiano René Higuita, recién fichado por el Pucela, como el costarricense Luis Gabelo Conejo tenían acreditados el éxito en sus respectivas selecciones nacionales. Y qué decir del ‘Pibe’ Valderrama, mejor jugador de América y auténtico ídolo y estandarte del combinado cafetero en el reciente Mundial de Italia-90, que se iba a encontrar en la zona de los medios con José Luis Zalazar, el magnífico jugador uruguayo, al que en Montevideo se le apodaba cariñosamente ‘el Cabeza’. Un centro del campo en el cual se pedía que tuviese especial relieve el también colombiano Leonel Álvarez, que reaparecía tras llevar lesionado varias semanas. Para añadir más interés si cabe, Maturana se había decidido por hacer debutar en Primera a Víctor Ferreras, lateral diestro, y a Carlos Pereira, centro delantero, ambos procedentes del filial, sin importarle la trascendencia del partido.

La primera parte terminó sin goles debido a que Leonel Álvarez y Fonseca fallaron ocasiones claras, y a pesar de que Onésimo trajo en jaque a la defensa albaceteña. Sin embargo, a los 54 minutos Pereira, tras ganar la acción a la defensa, cruza con habilidad y por debajo marcando el gol del triunfo. Floro reacciona, abre líneas y el Valladolid desarbola a los manchegos con un juego de pase elaborado al que le faltó rapidez en el contraataque y acierto por parte de Goyo Fonseca. García Prieto se ‘come’ un penalti claro sobre el propio Pereira y sube la emoción. A los 88 minutos se va a la calle Leonel, segunda amarilla, y los últimos minutos se hacen más largos de lo normal. Con cinco canteranos de inicio, los tres colombianos y tres jugadores gratis se había conseguido el primer triunfo.

Para entonces, los empresarios ya se habían tomado muy en serio el asunto y cerraban filas en torno a sus respectivos promotores, Andrés Martín y Marcos Fernández, con vistas a acometer el último tramo de una gestión que debería cerrar el propio Ayuntamiento. Por eso, aquel martes 8 de octubre cuando se reúne Pascual Fernández con los directores de diez entidades bancarias que le confirman la concesión de un crédito mancomunado por valor de 500 millones de pesetas, «a 50 millones por barba», se cree dar el paso definitivo para la entrada en el Plan de Saneamiento como antesala a la conversión definitiva en SAD. Sin embargo, el viernes 11 de octubre se torna trascendente. Andrés Martín, Marcos Fernández, Ángel Chamoso, junto al alcalde y Pascual Fernández, se reúnen en el despacho de Gonzalo a eso de las siete. El encuentro es breve y se alumbra el cambio definitivo. A su término, Pascual Fernández y Andrés Martín conceden una jugosa rueda de prensa.

En ella vienen a explicar que los 500 millones previstos resultan insuficientes para la operación, ya que se necesitaban otros 200 para garantizar que la crisis económica no se acentuase, una vez comprobado que el importe de la deuda (1.034.000 millones de pesetas) y la previsión de gastos eran correctas. Sin embargo, las necesidades financieras a corto plazo eran más altas de las estimadas; de ahí, el desfase.

El alcalde asume el reto de conseguir los avalistas necesarios a tal fin, al tiempo que alcanza un acuerdo con Gómez Navarro para alargar el plazo de entrada en el Plan.

Por fin, el martes 22 de octubre se constituye la Comisión Gestora que regirá los destinos del club y se acuerda nombrar presidente a Andrés Martín. Todo ello tras la reunión del alcalde con los 32 avalistas que definitivamente participaron. De esa comisión salieron los doce miembros que, por tener un año de antigüedad mínima, formaron la Junta Directiva. La componen Marcos Fernández, Luis Real, Jesús Zarzuela, José Luis González, Ángel Chamoso, Eduardo López, Ulpiano González, Alfonso Díez, Ángel Lorenzo, Emilio Córdoba y Deliciano Rueda. A ellos se unieron, sin ser avalistas, José Berbel, Ramón Criado y César Lomas, por la experiencia que aportaban, y en ella Marcos Fernández ejercería de coordinador general.

Así pues, el miércoles 23 de octubre, Andrés Martín de Paz (Valladolid, 1959) era nombrado presidente del Real Valladolid Deportivo en funciones, tras recibir el relevo de Gonzalo Gonzalo, que se despedía tras permanecer 14 meses en la presidencia, justamente desde el 7 de agosto de 1990.

El jueves 14 de noviembre, veintidós días después de constituirse la junta, el club aprobaba en asamblea la entrada oficial en el Plan de Saneamiento. Los cien primeros socios, con voz pero sin voto, fueron los convocados a las ocho de la tarde en el salón de actos de la Caja de Salamanca y Soria de Duque de la Victoria, 8.

José Berbel, letrado del club y de la empresa Parquesol, explicó los términos de la conversión así como el valor de la acción, a 10.000 pesetas. El capital social a suscribir suponía el 50% del presupuesto de gastos de los tres últimos años, más el saldo negativo del ejercicio actual.

De los 1.000 millones de pesetas inicialmente necesarios para la conversión, la cifra se rebajó hasta los 634 millones finales. De aquel ‘afeitado’ de 366 millones, tanto Jesús López –gerente del Logroñés– como Cortés Elvira y Gómez Navarro, con el compromiso adquirido con el propio Bolaños, son los responsables. Sin embargo, el que implicó a todos fue Andrés, y esa será siempre su aportación decisiva. Sin más.

Finalmente, el viernes 15 de noviembre de 1991, con el salón de plenos del Ayuntamiento lleno, Andrés y Tomás, o Tomás y Andrés, oficializaron con su firma el convenio de colaboración entre Consistorio y club. El Ayuntamiento concedía un préstamo de 50 millones y el club se comprometía a entrar en el Plan de Saneamiento y constituirse en SAD.

Para entonces, la palabra empeñada por nuestro protagonista de salvar al equipo, con los empresarios y el alcalde, ya la había cumplido. Y con creces.