El próximo domingo, James Dean cumpliría 84 años. Un desafortunado accidente de automóvil acabó con su vida con solo 24 años. Y esa es la forma cómo nacen los mitos. Pero nos dejó grandes momentos en el celuloide y una larga lista de frases en la Wikipedia. Mi preferida es esa que dice: «No puedo cambiar la dirección del viento, pero sí puedo ajustar las velas para llegar siempre a mi destino». El viento. Ese fenómeno meteorológico al que nos agarramos para justificar lo de Palamós y que supimos manejar para golear en Mallorca, apareció en menor medida el pasado domingo en Zorrilla para en esta ocasión no permitirnos pasar del empate.
No saber poner las velas para aprovecharse del viento es el principal defecto del Real Valladolid esta temporada. Es verdad que hemos sabido remontar en algún partido para llevarnos la victoria, pero la sensación que deja el equipo es que la solidez que transmite en el campo no se ve reflejada en el marcador. Decía James Dean que «si te tienes que fumar un cigarro, no actúes como si te lo estuvieras fumando; simplemente fúmatelo». Es hora de rescatar el «Somos Valladolid» con el que Djukic consiguió un difícil ascenso. Somos un equipo grande y tenemos que jugar como un equipo grande. En ocasiones parece que actuamos imitando a un equipo grande. Un equipo grande no puede dejar escapar mas puntos en Zorrilla ante rivales que pelean por el descenso. Un equipo grande no acaba contra el Lugo pidiendo la hora.
«Cuando sabes que un personaje puede dar algo mas y no sabes bien qué es, tienes que buscarlo». Es la forma que tenía Dean de definir la autocrítica, autocrítica que creo que no ha existido en los peores partidos. Si no sabemos que tenemos un problema, no buscaremos la solución. Si nos conformamos con mirar la tabla clasificatoria y con vernos arriba con todas las posibilidades de ascenso directo, será una forma de alejarnos del objetivo.
Somos Valladolid, un equipo grande, con muy buenos jugadores y un buen entrenador. Actuemos como lo que somos. Juguemos con en anhelo de tener que conseguir el resto de los puntos y con la fe de que podemos conseguirlo. Y nos convertiremos en mitos. Como James Dean. Como el Valladolid de Mendilibar.