El Norte de Castilla
Real Valladolid

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A por el diez

De pequeño, tras un examen difícil, solía regresar a casa feliz, presumiendo ante mis padres de haber aprobado: «Mira, papá, he sacado un seis», afirmaba orgulloso. Entonces, con serenidad y casi sin inmutarse, mi padre me bajaba de las nubes con una firme contestación: «Muy mal, ¿por qué no has sacado un diez?». Yo no lo podía entender, me había esforzado bastante para superar aquel control que muchos de mis amigos habían suspendido. Incluso el día anterior, entre papeles y bolígrafos fosforitos, casi no había prestado atención al encuentro del Pucela que narraba Juan Pablo Pascual por la radio. La verdad es que, aunque me fastidiase tanta exigencia, las palabras de mi padre estaban cargadas de verdad; él solo quería lo mejor para mí, que no viera el aprobado como algo extraordinario, si no como mi obligación.

> Dicen que algunas costumbres pasan de generación a generación y, precisamente, algo parecido me sucede con el Real Valladolid. Será que no tengo hijos, pero con nuestro querido Pucela ejerzo, a veces, la misma crítica y presión cariñosa que ejercía mi padre conmigo. Con el conjunto en puestos de 'play-off', llevaba varias semanas dudando y exigiendo al equipo; pidiendo algo más que el aprobado o el bien en su calificación. El examen del Sporting era importante y Rubi lo ha superado con éxito, como le pedíamos; con un sistema 1-4-3-3 y con Rubio ejerciendo su liderazgo con criterio y entrega. El sábado todo el equipo estuvo de diez y la afición (lástima que no acudiesen todavía más pucelanos) también silenció a los gijoneses. Es justo alabar esta semana el juego de los vallisoletanos, disfrutar y saborear un gran triunfo ante un rival que solo había perdido un encuentro en toda la Liga, pero tampoco debemos relajarnos.

En un estudiante, como se encargaba de recordarme papá, el aprobado se presupone. En este Real Valladolid, peso pesado en la Segunda División, también resulta casi una obligación estar arriba y acumular buenos resultados. Hay que seguir con las ideas claras, tocando, presionando y manteniendo el orden defensivo y la efectividad en ataque. Este es el extra que puede y debe ofrecernos el Pucela. Acumulando aprobados y bienes también se llega a algo en la vida, pero exigir algo más, con cariño, evita relajación y demuestra lo mucho que nos importa alguien, en este caso el Valladolid. Victoria y buen juego, bravo, a repetirlo ante el Betis.