El Norte de Castilla
Real Valladolid
Alberto López
Alberto López / IZQUIERDO

EN BLANCO Y VIOLETA

La treta del doctor

  • Alberto López, exjugador y jefe de los servicios médicos

Los rigores y las exigencias del fútbol profesional se pueden observar todos los domingos cada vez que el médico del Real Valladolid, Alberto López Moreno, salta al campo para atender a un futbolista lesionado. Los tobillos de Alberto hace mucho tiempo que dijeron basta y la cojera es bastante ostensible cuando intenta iniciar el trote hasta llegar al jugador tendido en el césped. Aun así, Alberto de vez en cuando se calza las botas para participar en algún partido de veteranos en los que recuerda lo mucho que le gusta el fútbol desde muy pequeño. Si tuviera que darse un diagnóstico a sí mismo, seguro que firmaría un parte de baja de muy larga duración, pero para sí es capaz de, con un paliativo para el dolor, saltar al campo a convivir, y cuanto más mejor, con la pelota. Ya se sabe lo del herrero y la cuchara de palo.

Desde esta temporada, Alberto se ocupa casi en exclusiva de todos los servicios médicos del Real Valladolid de abajo a arriba y de izquierda a derecha. Un trabajo ímprobo que no le hace perder ni la profesionalidad ni ese talante de buena persona que siempre le acompaña y que le hace tratar con el mismo cariño a un profesional que a un infantil. «Si es como el día de la madre», dicen sus compañeros.

Mientras estudiaba Medicina y vivía en el colegio mayor Menéndez Pelayo, jugaba con sus amigos la liga universitaria y las fases previas al trofeo rector. Era, obviamente, el líder del equipo, así que sus compañeros colegiales no se arredraban para convencerle de que jugara los partidos. Sobre todo los más duros. En una ocasión entró con cierto miedo en el vestuario del entrenador del Real Valladolid entonces, Pacho Maturana, para pedirle su consentimiento para faltar al entrenamiento, ya que disputaba un encuentro con la liga universitaria. El profe Maturana le permitió que jugara ese partido, a la vez que se postulaba defensor de los valores y la importancia de ese campeonato que reunía a los universitarios en torno al deporte.

Su trayectoria deportiva se rodea de goles, pundonor y buenas actuaciones a las que acompañan la licenciatura de Medicina y otras inquietudes, como ser miembro de la Agencia Española Antidopaje o secretario de la AFE, Asociación de Futbolistas Españoles.

En sus últimos partidos como deportista profesional, Alberto López jugaba en el Palencia CF en Tercera división. En una ocasión le tocó desplazarse a San Leonardo de Yagüe para enfrentarse al equipo del Norma. La climatología no era benévola y el campo se encontraba en pésimas condiciones, repleto de agua y barro. Los palentinos caían por 1-0 hasta que el colegiado señaló un penalti a su favor. Cuando Alberto se disponía a lanzar la pena máxima observó que todo el punto fatídico era un charco. Él lo cuenta riendo: «Con las manos hice una pequeña montañita para posar el balón. Uno de los rivales que lo vio se acercó a destruir ese castillito a la vez que se lo indicaba al colegiado». Las explicaciones de Alberto, ante la imposibilidad de lanzar desde un punto fijo, parece que convencían al trencilla, aunque este tampoco se decidía a dar la razón a ninguno. Alberto le indicó a su adversario que se saliera del área grande y con rapidez reconstruyó esa montañita de arena sobre la que posó el balón.

Recuerda Alberto López que golpeó también el suelo, «de forma que por un lado salió la arena que fue a impactar en la cara y ojos del cancerbero, impidiéndole la visión, y por otro, el balón, muy despacio, muy despacio, casi llorando, vino a colarse dentro de la portería en lo que era el empate».