El Norte de Castilla
Real Valladolid

desde la banda

Chantaje fallido

Aunque haya fútbol este fin de semana, lo importante ha sido la actitud de las partes. El chantaje al que Federación y jugadores han sometido a la Liga es inadmisible. Quizá yo sea muy torpe, pero después de escuchar la rueda de prensa de Rubiales y leer unos cuantos resúmenes de prensa, no he logrado entender los motivos de la huelga. El caso es que, aunque tuvieran razón, considero que esta huelga es innecesaria e inoportuna.

Los jugadores son esos «profesionales» que piden un aumento de sueldo cuando salen un domingo en el resumen del telediario y que, sin embargo, se aferran a un contrato cuando su rendimiento no es acorde a su sueldo. La ley del embudo, la parte ancha para ellos y la estrecha para el que les paga.

Me gustaría saber en qué momento el deporte deja de serlo para ser un negocio. Cuándo se acaba la ilusión de los niños por ir a jugar, por ejemplo, un domingo por la mañana del mes de enero y cuándo esa ilusión se transforma en interés.

Yo entiendo que un futbolista de elite cobre, entiendo que alguno cobre cantidades astronómicas y entiendo que se preocupen por asegurar sus cobros. Lo que no entiendo es que no les quede una pizca de esa ilusión que tenían cuando no eran profesionales. Ahora solo dan entrevistas en actos publicitarios, se aíslan de los aficionados tras sus teléfonos móviles o sus horteras auriculares de doscientos euros o derrapando en las rotondas que hay en las salidas de los campos de entrenamiento. Porque eso es lo que hacen los que salían en la foto con Rubiales de la semana pasada.

Quizá haya que hacer un Real Decreto que obligue a los futbolistas de elite a acudir cada semana a ver cómo entrenan los niños en las escuelas de fútbol o en cualquiera de las categorías inferiores. Y que recuerden lo que es la ilusión de ser futbolista.

Que vean a los entrenadores cuadrar horarios para poder ver a todos los equipos a los que entrenan incluso a costa de no ver a sus novias o amigos. Que escuchen los valores que estos intentan inculcar a los niños.

Seguro que eso les hace mucho mejores futbolistas.