El Norte de Castilla
Real Valladolid

lejos del área

Con orgullo y con honor

Me duele confirmar lo que llevábamos meses diciendo: Este Pucela es un equipo sin alma, sin chispa, sin carisma ni estilo. Así va a ser muy difícil que el equipo de Rubi alcance la Primera División, pues históricamente los conjuntos que han logrado el éxito han contado con una base o patrón con el que enganchar al público. Ya no hablamos de sistema o buen juego, es que ni tan siquiera demostramos raza, carácter o una idea sólida sobre la que establecer el triunfo. En este deporte hay muchos caminos hacia la meta, desde el fútbol de toque de La Roja, el orden defensivo de aquella Grecia que ganó una Eurocopa o, incluso, a falta de calidad, no está de más aportar al equipo empuje y bravura (Iñaki Bea podría ser un ejemplo en el que mirarse).

Muchos, una vez confirmado que no subiremos de manera directa, se rasgan ahora las vestiduras y exigen dimisiones. La hemeroteca está ahí y otros llevamos meses reclamando un cambio de actitud a un equipo que, por unas cosas o por otras (cuando no era la lesión de Roger era que hacía falta que entrara Rubio) nunca en esta temporada ha podido acumular tres o cuatro buenos partidos.

Dice el técnico catalán que intentará «variar algo», para que se vea a otro Pucela en la promoción de ascenso y reitero que mi preocupación es que hayamos llegado a la jornada 40 aún con mucho por retocar y experimentar. No entro a valorar si es justo o no pitar a un técnico que nos ha clasificado para el ‘play-off’ pero, como decíamos hace unos días sobre los clubes locales de baloncesto y balonmano, la clave del asunto en el fútbol es la mala imagen e irregularidad con la se llega a estas eliminatorias.

Valladolid dará la cara, no tengo ninguna duda, por este conjunto en los ‘play-yoff’. Ahora, de una vez por todas y sin excusas, debe ser el equipo quien demuestre que quiere estar en Primera. A estas alturas (es tarde para cambiar de manera radical), no podemos apoyarnos en un patrón continuado o una táctica asentada, pero sí apelar al coraje y necesidad de una ciudad. Pucela quiere ser de Primera y el equipo debe demostrar que también. Como bien reza nuestro himno, si no se puede bordar el juego, al menos portad y defended el escudo con orgullo y con honor.