El Norte de Castilla
Real Valladolid
Rubén Sanz, durante un partido con la camiseta del Alcorcón.
Rubén Sanz, durante un partido con la camiseta del Alcorcón. / AD Alcorcón

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Una emigración positiva

  • Rubén Sanz tuvo que dejar el Valladolid para crecer y afronta su decimotercera liga en el Alcorcón

No todo en la vida es como uno espera. Rubén Sanz Alonso (Valladolid, 30-04-1980) se formó en las categorías inferiores del Pucela y, como muchos, salió de los Anexos para buscarse «las habichuelas». «En aquella época costaba más que los equipos apostasen por la cantera. No había muchas oportunidades», señala. Ahora, afronta la decimotercera temporada en el Alcorcón.

Lamentablemente para él, no ha jugado en el estadio blanquivioleta al máximo nivel, como local, y asegura que «el sueño de cualquier niño que lleva tantos años en el equipo de su ciudad es formar parte de la primera plantilla y poder disfrutar de la afición y la familia que está allí». No pudo convertir ese sueño en realidad y parece que no lo conseguirá, ya que afirma que «nunca ha habido conversaciones para regresar». «Está claro que me hubiera gustado jugar allí», añade.

La mayoría de las rupturas suelen ser dolorosas, pero siempre queda algo, por muchos años que pasen, y lo mejor es quedarse con los buenos momentos. «El Real Valladolid es el equipo de mi ciudad y el que me ha enseñado prácticamente todo cuando era niño. Al final, lo tengo un poco en el corazón», reconoce. De hecho, va un poco más allá: «Si tiene que subir otro equipo diferente al mío, siempre me alegraré de que sea el Pucela». Aunque sus dos hijos son «del Alcorcón al 100%».

Salió de Valladolid para recalar en la Unión Popular de Langreo, donde permaneció una campaña. Fue el paso previo, lejos de su casa, antes de aterrizar en Alcorcón. Allí, en Santo Domingo, es todo un veterano. «La trayectoria que llevo no se suele dar. Tengo la misma ilusión que el primer día. Espero que la gente se fije en mí e intente copiarme en la forma de entender el fútbol».

Un ascenso frustrado

En la campaña 2011-2012, pucelanos y alfareros lucharon por el ascenso en una eliminatoria que recuerda como «muy igualada y especial». «Fuimos competitivos y plantamos cara a todo un Real Valladolid con el campo lleno. Estuvimos vivos hasta el último minuto», afirma. Fernando Sales, otro exblanquivioleta, marcó justo antes del descanso e hizo soñar al Alcorcón con la Primera División. Pero Javi Guerra, al poco de regresar de vestuarios, anotó el empate que sirvió al equipo de Miroslav Djukic para regresar a la máxima categoría del fútbol nacional.

Zorrilla estalló tras el pitido final, pero pocos se fijaron en la otra cara. «Fueron unos momentos de tristeza porque lo tuvimos al alcance de la mano. Con el tiempo lo piensas y te das cuenta de que tiene mucho mérito por la humildad del Alcorcón», señala Sanz. Ese fue el último ascenso del Real Valladolid, que espera conseguirlo de nuevo con Gaizka Garitano en el banquillo. El vallisoletano ve al Pucela «como uno de los favoritos para estar arriba, junto al Almería y al Zaragoza; aunque todavía es pronto para pronosticar. Será un año complicado para todos porque habrá mucha igualdad y habrá alguna sorpresa». De su equipo espera que consiga «pronto los 50 puntos para poder pensar en cotas más altas».

Otro partido especial

Cada vez que regresa a su ciudad para jugar en Zorrilla el partido es especial y este domingo (20:30 horas) no va a ser menos. Aquí tiene a su familia a sus amigos y es una oportunidad para pasar tiempo con ellos. En lo futbolístico, el Alcorcón llega «con muchas ganas e ilusión», pero consciente de que «será muy complicado ante un rival muy difícil». Y, como la esperanza es lo último que se pierde, añade que el conjunto alfarero vendrá «con la intención de puntuar y sacar un buen resultado».

No quiere hacer comparaciones con la plantilla alfarera de la temporada pasada a la de esta porque, al final, «la calidad se basa en resultados». «Tenemos que hacer un buen año y preparar cada partido al máximo para ser competitivos».

En la primera jornada no pudo contar con minutos, por lo que su debut en la 2015-2016 podría producirse en Zorrilla. «Mi intención es ayudar al equipo, aportar lo máximo que pueda y ponérselo difícil al entrenador», señala.

Rubén Sanz ve al Real Valladolid como un equipo que «juega muy rápido hacia arriba, tiene mucha velocidad en las bandas y hace muy bien las transiciones, sobre todo en defensa-ataque». Eso es lo que tendrá que contrarrestar el Alcorcón.