El Norte de Castilla
Real Valladolid

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El gatopardo

En su novela ‘El gatopardo’, Lampedusa creó una teoría que luego se ha estudiado en Ciencias Políticas. Se llama el ‘lampedusismo’ o ‘gatopardismo’ y se desarrolla solo en una frase: «Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie». Hoy en día esta teoría la ha hecho suya un político conocido como coleta morada, aunque la ha hecho famosa en otro formato. Él habla de cambiarlo todo para que todo siga igual, que es igual pero no es lo mismo.

Siempre ha habido un discurso en el fútbol que a mí me ha parecido ridículo. Es ese discurso que habla sobre saber el estilo al que jugamos. Yo cada vez que oigo eso de no sabemos a qué jugamos me llevan los demonios. Veréis, yo creo que los estilos de juego son: jugar bien, jugar mal, jugar al contraataque y jugar a tener más posesión aunque pierdas 4-1. Este último estilo hay gente que lo conoce como jugar bonito. El caso es que parece que tener un estilo de juego definido te da una ventaja y, en mi humilde opinión, esa es una de las grandes mentiras del fútbol. En España solo hay dos equipos históricamente con un estilo de juego definido, que son el Barcelona, que apuesta por la posesión y el juego de toque, y el Atleti, que suele tener un juego más aguerrido y busca la contra. Y el resto juegan a ver si pueden ganar en casa y empatar fuera de la forma que sea.

Por eso siempre he sido muy crítico con eso del estilo de juego. Al fútbol se juega bien o mal. Bien, si cumples con el objetivo, y mal, si no lo haces. Se puede jugar bonito y mal, como el Barça de Cruyff, o bien y muy feo, como el Madrid de Capello.

Decía Cantatore que en fútbol solo se divertía el que ganaba. Y la afición del Valladolid lleva tiempo sin divertirse. No se trata de cambiarlo todo y que todo siga igual como llevamos años haciendo. No se trata cambiar de entrenador cada año en busca de una identidad que nunca hemos tenido. En una gran paradoja se trata de hacer lo que decía Einstein: «Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo». Tenemos que cambiar en busca de una estabilidad para que todo cambie. Aquello por lo que nos dejó Djukic. Buscar un proyecto a largo plazo y no cambiarlo todo si a corto plazo no hemos alcanzado el objetivo.