El Norte de Castilla
Real Valladolid

en blanco y violeta

El rock que suena en el Pucela

De estas dos guitarras y estas dos voces que mi colega de columna Santiago Bellido ha retratado, como siempre, con extraordinario genio y acierto, han nacido ya y brotarán seguro muchas y variadas iniciativas porque sus propietarios, Sergio Aparicio y Carlos García-Zúñiga, dos vallisoletanos que este año entran en la cuarentena, un día decidieron dedicarse y vivir de su gran pasión. Así que este maestro descreído de las oposiciones y este ingeniero industrial, diferentes pero armónicos en sus objetivos, dejaron un buen día «todo por la música», llevando la contraria incluso a sus más cercanos que «nos decían que buscáramos un trabajo de verdad y aparcáramos de una vez el instrumento».

Para todos esos incrédulos que no creyeron como Santo Tomás, hoy Happening suena, pero además resuenan sus proyectos que llevan el rock a la escuela, al cine y a la familia. Por si fuera poco han montado en la futbolística calle de Las Mercedes, al lado del Viejo Estadio Zorrilla, una escuela integral de música rock que recibe hoy día a 101 niños desde los 3 años de edad para tocar la guitarra eléctrica, el bajo, la batería, cantar…. Una auténtica cantera.

«Lo que pretendemos es que los niños se enamoren de la música», dice Sergio. «Que prueben y, si les gusta, jueguen y se diviertan. Creemos que la música es algo bueno, no a nivel profesional. No buscamos fenómenos, aunque hay ya un buen nivel…», señala Carlos. Una filosofía que quizás no acontece en muchas de las escuelas de fútbol de España en la que, con la anuencia de los padres y algunos entrenadores, se busca constantemente el ‘Messi’ o el ‘Ronaldo’ de turno. «Nos conformamos con que conozcan a Los Rolling, Los Beatles o Led Zeppelin», añaden.

Cuando Sergio formaba parte de ‘Los Sustitutos’ y Carlos, de ‘Zoo’, un buen día de hace quince años pensaron que ‘Happening’ (no querían un nombre compuesto) podía ligar bien con la idea de grupo rockero que manejaban. Un homenaje a esa corriente de los años sesenta que aglutinaba manifestaciones artísticas, culturales, teatrales más o menos espontáneas y que daban participación al público. Y nació el grupo como algo que continuamente está pasando, sucediendo y que invita a la interacción. Desde ahí tres discos, muchos proyectos acercando el rock de los ochenta a más de 65 colegios de Valladolid y provincia, abriéndose fuera de la Comunidad, más de 400 conciertos y un «continuo reinventarse, porque somos músicos, una profesión bohemia, pero esto es una empresa que busca seguir en pie», reflexiona Sergio.

Desde muy pequeños, acompañados de sus padres y abuelos, Carlos y Sergio recuerdan haber acudido al Estadio José Zorrilla con su carné de socio. Entre sus mejores recuerdos, «una foto con Gail en el campo de fútbol que todavía conservo cuando tenía 9 años», dice Sergio, y haber «vibrado cuando salían al campo Pato Yáñez y Da Silva mientras se escuchaba el himno del equipo», reconocen ambos al unísono. Esta inolvidable experiencia, aunque con otros futbolistas diferentes, seguro que están dispuestos a repetirla ambos con su descendencia. La referencia también musical, viniendo de donde viene, está justificada.

En el caso de Carlos la vinculación blanquivioleta es todavía más estrecha ya que su padre, también Carlos García-Zúñiga, fue vicepresidente del Real Valladolid en la época de Miguel Ángel Pérez Herrán, y su abuelo, de idéntico nombre, también formó parte de anteriores directivas. Este le confiaba a su nieto dentro de su discreción máxima cómo se fichaban antes los jugadores a base de dinero en metálico metido en sobres y las historias que le acontecieron con Santiago Bernabéu.

En 2009, Happening realizó el tema de la campaña de abonados del Real Valladolid ‘Pasión blanquivioleta’. Una canción que ha tenido más largo alcance y que todavía se escucha en el estadio. Los dos miembros del grupo estaban encantados ya que el fútbol y el Real Valladolid siempre ha estado muy ligado a sus vidas. Como practicantes, Sergio ha sido más de fútbol sala, pero Carlos fue lateral izquierdo en el equipo de Lourdes y luego en la carrera universitaria, con una obsesión tremenda por este deporte hasta que la música se cruzó en su camino. En sus caminos. Porque es el rock, para gusto de ambos, el que les ha absorbido sus vidas.

Con la edición del segundo disco, grabado en Valencia, los miembros de Happening intentaron buscar un personaje mediático que les ayudara e hiciera de padrino en la presentación del mismo celebrada en el Museo de la Ciencia vallisoletano. Y hablaron con el presidente blanquivioleta Carlos Suárez que fue quien les recomendó «un futbolista que le encanta la música». Este era Borja Fernández quien curiosamente un día antes se había cruzado en un ascensor con los dos miembros del grupo ya que residía en el mismo bloque que Carlos. Borja aceptó sin casi conocerlos ni a ellos ni sus canciones. Sin embargo, a raíz de allí, se inició una relación ya amistad que perdura en la actualidad. A través de Borja, un día se dio de imprevisto el tocar y cantar en un conocido restaurante vallisoletano y allí se produjo el contacto con José Antonio García Calvo que ya se arrancó con algunos temas. «Borja tiene los oídos ‘paralelos’ a la hora de cantar. A Jose (García Calvo), sin embargo, le gusta mucho. Quedamos con él, solo se sabía las de ‘Héroes del Silencio’ y así surgió el grupo ‘La influencia de Baco’», señala Carlos.

Como decía Freddie Mercury, el espectáculo debe continuar. Apostemos porque siga sonando el rock en el Pucela. Pero música de Primera, que de lo otro ya sabemos y hemos vivido desgraciadamente mucho trecho.

Mire, Bellido, en los años veinte al fútbol ya le cantaba Carlos Gardel un tango con letra de Enrique Carrera Sotelo, ‘Patadura’. En él decía refiriéndose a un mediocre futbolista algo así: «Piántate de la cancha, dejale el puesto a otro; que de puro patadura, estás siempre en ‘orsay’». A ese seguro que le hacía usted también una caricatura. Fijo. Aunque estuviera en posición antirreglamentaria… Para Happening, la Argentina es su próximo objetivo vital.