El Norte de Castilla
Real Valladolid

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José María García saluda a uno los asistentes a la pesentación de su biografía en Oletvm. / ALBERTO MINGUEZA

«Lo peor del periodismo es la intrascendencia en portada»

  • José María García, que no ha renunciado a la provocación, apoyó la presentación de su biografía en la librería Oletvm

Asegura que sigue diciendo lo que piensa por encima de lo que conviene. «Sin cautelas, sin temores». Y si cree en lo que dice, no le cae grande el ‘maestro’ que muchos anteponen a su nombre. Sobre todo cuando habla de la exigencia de contrastar, de confirmar las noticias. Yde la falta de denuncia y de investigación en el periodismo actual. Pero veces estropea su discurso cuando parece que paga favores al caricaturizar el panorama informativo patrio: «A excepción de Atresmedia y Mediaset, la práctica totalidad de las ‘empresas mediáticas’ (sic) están en quiebra técnica, arrimándose al sol que más calienta». José María García, historia del periodismo radiofónico, niega haber pasado a la trinchera. Dice que sigue pegado a la actualidad y expresándose a través de conferencias y entrevistas. Ayer aterrizó en la librería Oletvm de la Plaza del Salvador para apuntalar al autor de ‘Buenas noches y saludos cordiales. Historia de un periodista irrepetible’, una biografía de José María García escrita por Vicente Ferrer Molina. García se resiste a ser pasado, pero reconoce que una biografía es la estación término de un profesional, aunque «como los curas, los periodistas de raza, y yo lo soy, nunca se jubilan».

–¿Se puede vivir bien del pasado?

–Soy un hombre sellado al presente. En esta profesión, que no está preñada de suficiencias económicas, he tenido la fortuna de ganar lo que nunca habría podido soñar. Tengo la luz pagada hasta que Dios me llame. Pero un periodista de raza, y yo lo soy, nunca se jubila.

–Con 71 años, ¿De qué se considera un ‘ex’?

–Soy un ‘ex’ de la batalla diaria, pero no me he ido a las trincheras. Sigo en el frente guerrero.

–¿Ydónde lucha ahora?

–Respondiendo a los compañeros como tú; en universidades y colegios mayores y asesorando al presidente de Telefónica en temas de comunicación.

–¿Dice lo que piensa o lo que conviene?

–Hay tanta proliferación de estómagos agradecidos que aumentar esa nómina no me seduce y creo que soy muy mayor para cambiar. Digo lo que pienso, sin ninguna cautela y sin ningún temor. Lo único que en ocasiones me frena es la autocensura de la responsabilidad. Cuando estaba en el combate diario lo único que me frenó fue la responsabilidad. De hecho me he retirado sin publicar dos grandísimas exclusivas que permanecen en el secreto porque haber sacado esos dos temibles escándalos habría hecho muchísimo daño a millones de españoles ingenuos pero ilusionados.

–¿Su forma de hacer periodismo sería factible con Internet?

–Ahora sería más fácil porque los nuevos medios permitirían un acceso más rápido a la primicia, al ‘scoop’. Cuando hice las primeras vueltas ciclistas a España íbamos por los pueblos rompiendo los teléfonos [desmontándolos en los bares para hacer las conexiones].

–¿Le sería posible sacar el mismo partido a una primicia con Twitter?

–Sería mucho mejor. Ahora sería un García multiplicado por cinco, por diez. Ahora, por ejemplo, dicen que no dejan entrevistar a las estrellas de fútbol. En mi época, tampoco. Pero quien prohíbe entrevistar son los presidentes y resulta que cuando entrevistan a uno, en vez de una entrevista le hacen una felación.

–¿Por qué no está, como dice, en la batalla diaria?

–He tenido que rechazar propuestas muy interesantes en el aspecto económico pero, para hacer lo que hacía, necesitaba un medio con independencia total y que te apoyara en tu batalla. Hoy la comunicación está viviendo un drama. La práctica totalidad de las empresas mediáticas, a excepción de Atresmedia y Mediaset, por la increíble torpeza primero del PSOE y, después, del PP, están en quiebra técnica y arrimándose cada una en la medida de su ideología al sol que más calienta. El periodismo deportivo que se hacía antes ya no existe. No hay investigación, no hay denuncia. Ahora solo hay ‘jijiji’ y ‘jajaja’.

–¿Hay cuentas pendientes con el pasado?

–No tengo ninguna.

–¿Tiene entrada para la final de la ‘Champions’ en Milán?

–No voy al fútbol, salvo excepciones, porque no me dejan vivir. Lo veo por televisión.

–¿Se le ponen los dientes largos cuando oye hablar de maletines?

–Lo de los maletines es una anécdota. Se me pone mal cuerpo cuando veo que una noticia intrascendente ocupa una portada y que algo sumamente trascendente pasa inadvertido, si es que llega a publicarse. Solo hay que sufrir algunos de los programas televisivos en la actualidad. Cualquier parecido con lo que debe de ser un programa de actualidad es mera coincidencia. Es un campeonato de barbaridades. Ves a profesionales que ejercen de ultras de su equipo, llegan a utilizar el posesivo, (la primera persona) «vamos a ganar» «hemos ganado».

–Cuando quien no le conoce le pregunta quién es ¿Qué contesta?

–Que soy un contador de historias que tuvo el privilegio, con 12 años, en el Colegio Maravillas, de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, de descubrir lo que quería ser. Allí se editaba una revista, ‘Perseverancia’, en la que descubrí mi vocación, haciendo de la perseverancia mi caballo de batalla.