A flote

El otro día leí una historia que reflexionaba sobre la virtud de saber esperar y no impacientarse. El relato hablaba de un pastor y dos ovejas que acababan de parir a sendos corderitos. Las mamás, según detallaba el cuento, quedaron un día atrapadas al otro lado del pueblo, tras dar un paseo en un día de gran tormenta. La primera de ellas se impacientó, pensando que tenía que cruzar el río rápidamente para dar de comer a su hijo; la otra esperó junto a la orilla toda la noche, confiando en que la lluvia amainase y sabiendo que, por un día sin amamantar a su pequeño, no pasaría nada. A la mañana siguiente, el pastor solo pudo ayudar a la oveja paciente, quien gracias a su calma no fue arrastrada por el agua. Solo ella pudo disfrutar de la vida y acabó haciendo de guía para los dos jóvenes corderos, que crecieron fuertes y sanos, aunque con una sola mamá.

La parábola podría aplicarse perfectamente al mundo de fútbol, en el que las prisas y los nervios no suelen ser nunca buenos consejeros. Esta semana ha caído un nuevo entrenador en Segunda, Sandoval, cuyo equipo está a solo tres puntos del ‘play-off’, como en su día echaron al míster de otro favorito, el Zaragoza. Por el contrario, en casa de dos históricos como Real Valladolid y Real Oviedo se decidió esperar a que la mala racha pasase, confiando en la labor de los ‘pastores’ Herrera y Hierro, respectivamente (equipos ahora mismo en la zona alta de la tabla, y lo que es más importante, con una idea de juego que va calando).

Hay que destacar, una semana, más la paciencia que ha tenido el grueso de los que conforman el Pucela, incluida la afición; máxime tras unos años en los que el equipo parecía un conjunto de ovejas enfermas sobre la hierba. Este año, parece, se está siendo paciente y se supo ver algo más en las derrotas, confiando en que, poco a poco, se fuesen asentando conceptos y que éstos se tradujesen en puntos. No me cansaré de repetirlo: la Segunda es una carrera de fondo y es vital llegar a los últimos kilómetros con opciones (y si encima el juego va acompañando se podrá optar a todo). Ahora mismo solo tres puntos separan al quinto del décimo octavo; la paciencia, el trabajo y la ilusión tienen que seguir manteniendo a este unido ‘rebaño’ a flote.