Se empiezan a acabar los calificativos para este Real Valladolid B, el equipo dirigido por Rubén Albés está haciendo una temporada de matrícula de honor, jugando un gran fútbol y, además, ganando. En la mañana de hoy ganó 2-0 a la Ponferradina y acumula suma 7 victorias y 1 empate en las últimas ocho jornadas, mantiéndose cerca de los puestos de promoción a Segunda División.
A pesar de la lesión de Higinio al comienzo de la segunda parte y la expulsión de Iván Martín, el Promesas superó y dominó a un rival que no tiró entre los tres palos en todo el partido.
Ya desde el pitido inicial se vio un filial bien posicionado sobre el campo, con Anuar como ancla del equipo, tanto en ataque, como en defensa. Eso permitía al equipo dominar el juego con el balón y eso se tradujo en ocasiones. Un buen pase a Iván Martín lo mandaba desviado el delantero con un disparo cruzado. La Ponferradina no se amilanó y buscó el gol en un centro que terminó con un remate de cabeza Figueroa que se marchó alto.
Poco a poco el Promesas se hizo dueño y señor del partido y mereció irse por delante en el marcador ante una Ponferradina que no aparecía sobre el césped de los Anexos y eso se notó en la segunda parte.
Al poco de volver de vestuarios, Higinio tuvo que abandonar el partido con un golpe en la rodilla. Gran inconveniente para el filial pucelano que veía como uno de sus goleadores en las últimas jornadas debía abandonar lesionado el partido. Pero este equipo no depende solo de un jugador y en este partido se destapó Mayoral, que rompió el encuentro él solito.
El extremo abulense destapó el tarro de las esencias y adelantó al Real Valladolid B para hacer justicia a lo que se veía en el campo. Mayoral cogió el balón en tres cuartos, cambió de ritmo, dribló a la defensa berciana y definió con tranquilidad ante Dinu.
El partido parecía encarrilado, pero la expulsión de Iván Martín por doble amarilla supuso un contratiempo para el filial blanquivioleta que en vez de dar un paso atrás y aguantar el resultado siguió jugando fiel a su estilo. Mucha culpa de esto tiene Rubén Albés y su extensión sobre el campo Anuar.
Precisamente en de botas de sus botas nació la contra que puso el 2-0 en el marcador. Anuar recuperó, se la dio a Mayoral, que volvió a explotar su velocidad y puso una asistencia medida a Samanes que remató a la perfección y puso el balón en el fondo de la red.
A raíz de los cambios, la Ponferradina pasó a tener la posesión de la pelota, aunque sin crear peligro sobre la puerta de Dani Hernández, completando su peor choque desde que Munitis llegara al banquillo blanquiazul.
De ahí al final, el Promesas supo aguantar sin apuros y se llevó un merecido triunfo para prolongar una racha que ya va por los ocho partidos sin perder, antes de abordar la misión imposible de asaltar el Estadio Reino de León frente a una intratable Cultural Leonesa, líder destacado del Grupo I de Segunda División B,que sigue sin conocer la derrota.
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