lejos del área
La Segunda División nos deja en muchas jornadas auténticos tostones que ponen a prueba la paciencia del aficionado más fiel. La primera parte vivida en Mallorca el pasado domingo fue otro ejemplo de ese tedio y poca ambición, de los que dan ganas hasta de apagar la tele. Los que resistimos el ladrillo inicial pudimos ver, al menos, tres goles del Pucela en el segundo periodo, un buen resultado que no debe llevarnos a engaño. El Pucela volvió a desperdiciar 45 minutos y cerró el choque con poco más que una efectividad que casi nunca había mostrado hasta ahora.
Bienvenida sea, por supuesto, esta goleada inesperada, pero que los árboles de esos tres tantos no tapen el bosque de un conjunto demasiado irregular. En esta competición tan larga la diferencia la otorgan las buenas rachas y es hora de que el Real Valladolid coja el toro de la Segunda por los cuernos. Restan dos encuentros ligueros para terminar otro mal año y, pese a todo, el equipo puede irse de vacaciones cerca de la zona noble. Nos esperan Mirandés y Getafe y todo lo que sea sumar menos de cuatro puntos ante ellos me parecería un fracaso. Hay quien dice que el partido ante la Real en Copa (que se perdió por goleada) ha podido ser un punto de inflexión en el equipo, pues se dio buena imagen en algunos minutos ante un gran conjunto de Primera. Ojalá la posterior victoria en Mallorca no sea el clásico pan para hoy y hambre para mañana al que nos tiene acostumbrados la entidad en los últimos años. Lejos quedan ya esas temporadas en las que el Pucela apenas perdía encuentros (ya acumula en esta Liga más derrotas que la última vez que ascendimos) y ahora parecemos conformarnos con seguir ‘a x puntos del ‘play-off’’.
Mi deseo para los Reyes Magos (¡vaya horario nos han puesto ese día, por cierto!) es que el Pucela se muestre más regular y encadene una buena racha. Que el triunfo del domingo tenga continuidad, no sigamos dando tumbos y se pelee cada partido desde el principio hasta el final. Mirándolo desde un punto positivo, pese a la irregularidad, lo bueno es que seguimos vivos y con las opciones intactas. Es hora de que el Pucela diga: ¡estoy aquí! Y decida si quiere seguir alternando hambre y atracones o va a tratar de seguir una equilibrada dieta que nos acerque al ascenso.
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