Con dos pares. Así ha definido Herrera los últimos enfrentamientos del Real Valladolid, a los que asoció augurios fatales, sin retorno, para su equipo. Dos pares de enfrentamientos a cuyos resultados vinculó el éxito o fracaso del proyecto que lidera en Valladolid. En el primer par, «dos partidos similares, que son uno», los antagonistas fueron Elche y Numancia, que recibieron consecutivamente en sus feudos a un Valladolid que acababa de superar las cinco derrotas consecutivas con cinco encuentros sin conocer la derrota (tres victorias y dos empates). Crecido, Herrera fio el despegue a la obtención de, al menos, cuatro puntos en aquellos dos desplazamientos. Al final se convirtieron en dos derrotas consecutivas, con el bálsamo en un empate y una victoria posteriores.
Herrera volvió a poner el futuro del Real Valladolid en el resultado de otros dos encuentros que definirían los derroteros por los que discurrirá el Pucela en su tercera temporada consecutiva en Segunda. En el primero, en Zorrilla, logró el pleno. Una victoria frente a un rival, entonces todavía directo, el Mirandés, al que derrotó por 5-0. Un sueño.
El segundo partido que Herrera metió en el mismo saco se disputa esta tarde, a partir de las 16:00 horas, en el Coliseum Alfonso Pérez, frente a un anfitrión, en principio, mucho más poderoso: un Getafe que ha sumado 22 puntos de los últimos 33 que ha disputado. Un Getafe que en once jornadas solo ha cedido una derrota, por la mínima y fuera de casa, frente al Nàstic. Un Getafe dirigido por un ‘halcón’ de los banquillos –José Bordalás–, cuyos métodos son bien conocidos en la categoría, y que han hecho que Paco Herrera, que tampoco es un entrenador timoraro –tímido, indeciso, encogido–, haya definido el encuentro de esta tarde como rocoso, de contacto. Eufemismos que hablan de dureza, aunque Paco Herrera admitiera que es algo consustancial al fútbol.
Quizás por eso avanzara el jueves que, sin renunciar al dibujo con el que ganó al Mirandés, donde consagró el juego con extremos –Villar y Jose– y un delantero puro –Mata, al que dio el relevo De Tomás cuando el encuentro estaba ya encarrilado–, introducirá algún cambio en la defensa.
La incorporación de Mata a la convocatoria para viajar a Getafe hace pensar que el central de Peñafiel podría sustituir a Álex Pérez en el centro de la zaga, aunque Herrera no confirmó este extremo. Sin embargo, para evitar una inferioridad prematura en un encuentro que se prevé duro, es posible que el técnico cuente con algún cambio en la zaga si cualquiera de los defensores recibe una amarilla en un campo que no ha cedido más que una derrota en lo que va de campeonato.
Con la duda sobre la posibilidad de cambiar a un defensor en el once inicial, Herrera parece haber renunciado al famoso rombo central, para utilizar extremos que le dieron un extraordinario rendimiento en la última jornada. Con ocho goles en los dos últimos partidos, se ha olvidado la demanda de nuevos delanteros. Mata parece consagrado con ‘nueve’ tras ser reubicado por Herrera en el centro del ataque. Villar, totalmente recuperado, ha vuelto a marcar y a dejar su firma en los postes de las porterías contrarias. Finalmente, Jose no ha defraudado, demostrando con sus seis goles en Liga que Herrera no tiene problemas en la línea de ataque.
En el centro del campo es donde tiene Herrera más dudas, aunque el míster no anunció cambios,. La buena forma en la que se encuentran los centrocampistas le obliga –dice– a hacer rotaciones para ser justo. Aunque cuando las cosas van bien, como han demostrado los últimos resultados, los cambios son arriesgados. Más cuando el rival es solvente y una victoria de los de Bordalás puede colocar al Getafe en puestos de ascenso directo. Bordalás le ha dado trascendencia al partido diciendo que puede decidir el campeonato.
Por el Real Valladolid jugarán de inicio: Becerra, Moyano, Lichnovsky, Guitián, Balbi, André Leão, Jordán, Míchel, Jose, Juan Villar y Mata. En el banquillo se quedan: Pau Torres, Ángel, Álex Pérez, Rafa, Álex López, Sergio Marcos y De Tomás.
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