El Real Valladolid terminó a lo grande la primera vuelta del campeonato liguero y, con 31 puntos, se instala en puestos de promoción tras superar al Cádiz en el Ramón de Carranza. Jordán marcó el gol de la victoria tras un fallo clamoroso del portero local Alberto Cifuentes en la primera parte. El choque estuvo marcado por otras dos circunstancias: por un lado, la ampliación de contrato de Javi Moyano, renovado automáticamente por una temporada al jugar 21 partidos esta campaña. Por otro, la desafortunada lesión de Isaac Becerra, quien tuvo que retirarse en la segunda parte con una preocupante dolencia de rodilla.
Paco Herrera volvió al 4-4-2 en el Ramón de Carranza, dejó a Jose en el banquillo y recuperó a Álex López para formar el rombo en el centro del campo junto a Leao, Jordán y Míchel Herrero, este último en funciones de mediapunta y para marcar la primera línea de presión defensiva. Juan Villar y Jaime Mata conformaron la pareja atacante. El choque comenzó con un ritmo de ida y vuelta. Un gran centro de Villar lo frenó Aridane cuando Mata se aprestaba al remate. Luego, fue Álex López el que buscó a Villar ante un atento Sankaré. El Real Valladolid sufrió en un doble ocasión consecutiva: Becerra se guareció debajo del larguero en una llegada local, Salvi remató mansamente al travesaño y el portero blanquivioleta falló al capturar un balón que Ortuño estuvo a punto de convertir. Fue uno de los pocos lunares del Pucela en la primera parte.
El 0-1 llegó en una acción de fortuna. Joan Jordán avanzó hacia el área de Alberto Cifuentes y se sacó un disparo lejano ante el que se confió el meta local: la pelota parecía suya, pero se coló en la red ante la algarabía visitante. El portero se quedó con el molde. Jordán demostró que conviene probar a los cancerberos, incluso desde los lugares más inverosímiles. Nunca se sabe cuándo llegará el regalo.
El Real Valladolid se solidificó con la ventaja del 0-1 y el Cádiz no encontró respuestas. Becerra salió con determinación en un par de centros al área y sus compañeros acapararon la posesión de la pelota. Mata volvió a someter a Cifuentes a un disparo lejano, pero esta vez el meta cadista supo sacar el guante. El Cádiz se acercó tímidamente a la orilla blanquivioleta, pero el Pucela no pasó prácticamente apuros antes de irse a los vestuarios. Leao y Guitián impidieron que dos llegadas locales fructificasen. Rubén Cruz remató por encima del travesaño un lanzamiento del exblanquivioleta Brian Oliván tras una falta cometida por Balbi sobre Salvi.
En la segunda mitad, el Cádiz trató de acercarse a la portería visitante y creó inquietud porque Becerra sufrió para atrapar balones laterales antes de retirase lesionado. El portero ya padecía problemas en el descanso. Aridane pudo marcar de cabeza ante una indecisión del guardameta pucelano y los saques de esquina empezaron a resultar tormentosos. Las llegadas en la otra orilla tampoco cuajaron: Mata se entretuvo demasiado en un mano a mano ante Cifuentes en el que se fue escorando y Herrera le relevó para introducir a Raúl de Tomás. A continuación, fue Sergio Marcos el que ocupó el lugar de un oscurecido Juan Villar para administrar el juego por el medio.
En el Cádiz, Álvaro Cervera (sancionado en la grada) amontonó delanteros por si sonaba la flauta en ataque. La rodilla izquierda de Becerra no aguantó más y el guardameta dejó su lugar a Pau Torres, quien debutó en Liga como portero del Real Valladolid. El Cádiz quiso volcarse sobre el área pucelana, con poco éxito. Raúl de Tomás respondió con una vaselina muy lejana que casi sorprende a Cifuentes. El delantero madrileño gozó de otra buena ocasión en el tiempo de descuento. El último disparo del Cádiz fue abortado por Pau Torres, que se estrenó en Liga sin mácula. Los 31 puntos colocan al Real Valladolid en la zona alta de la tabla y permiten cerrar la primera vuelta con el buen sabor que siempre otorgan las victorias.
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