El Norte de Castilla
Real Valladolid
Mojica y Jonathan Pereira delebran uno de los goles de la remontada de hace dos años en Son Moix, ante el Mallorca.
Mojica y Jonathan Pereira delebran uno de los goles de la remontada de hace dos años en Son Moix, ante el Mallorca. / EL NORTE

Dos años sin remontadas

  • El Real Valladolid no logra dar la vuelta a un marcador adverso desde el 1-5 al Mallorca de la campaña 2014-2015

Remontar es un verbo defectivo para el Real Valladolid. Tiene formas en pretérito, pero no encuentra conjugación en el presente. El Pucela no puede decir «yo remonto un partido» porque hace dos años que no lo consigue. Cuando los rivales se adelantan, como sucedió el sábado en Oviedo, la victoria resulta imposible para el conjunto blanquivioleta.

Hay que remontarse (!) al 25 de enero de 2015, con Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ en el banquillo del Real Valladolid, para encontrar una gesta pucelana de este tipo. Aquel día, Marco Asensio batió rápidamente a Javi Varas (corría el minuto 3 del choque), pero en el cuadro vallisoletano apareció el mejor Jonathan Pereira, autor de tres goles, y la colaboración realizadora de Johan Mojica y Óscar González para certificar el contundente 1-5 en Son Moix. El Real Valladolid ya ganaba por 1-2 en el minuto 22 y, a partir de ahí, todo fue coser y golear.

Han pasado dos años y, desde entonces, el equipo albivioleta no ha encontrado la llave para revertir partidos, ni fuera ni en casa. No lo logró con Gaizka Garitano, ni con Miguel Ángel Portugal, ni con Alberto López la pasada campaña en el banquillo. Tampoco lo ha conseguido hasta la fecha con Paco Herrera .

«Debe ser parte de la historia de nuestro equipo», deslizó Herrera el sábado en la sala de prensa del Carlos Tartiere. El técnico planteó el reto a la plantilla en el descanso, cuando en el marcador figuraba el 1-0 de desventaja, obra de Toché, un resultado ya que no se movería. «Precisamente en el descanso les dije que la historia de los últimos años apunta a esa línea [de remontadas imposibles] y que teníamos la oportunidad de cambiarla. No ha sido así. ¿Por qué? Entiendo que el Oviedo defendió bien y que nosotros no encontramos los espacios para terminar. Es una situación de fútbol. Yo no haría otro análisis», declaró el entrenador.

En los dos últimos años aparece una mezcla de falta de ambición, mala suerte y puntería desviada que explica por qué el Real Valladolid no sabe nadar a contracorriente. Si el Pucela tuviese un pez como mascota, haría bien en no elegir al salmón.

El portero Pau Torres señala la dificultad de voltear marcadores. «¡Es que es jodido remontar en Segunda División! Yo el año pasado tenía a [José] Bordalás como entrenador [en el Alavés]. Siempre nos decía que, cuando un equipo se pone por delante, se hace muy difícil remontar. Puedes empatar, sí, pero meter dos goles a un rival resulta muy complicado. La Segunda División es así de competitiva», señala el guardameta blanquivioleta.

Otros sí remontan

Sin embargo, las remontadas sí se dan en la Liga 1|2|3. Sin ir más lejos, el mismo sábado que el Real Valladolid remó en vano para puntuar en el feudo del Real Oviedo, el modesto Nástic de Tarragona, colista de la categoría, revirtió a domicilio los goles de Joselu para el Lugo, enjugó dos ventajas locales y acabó ganando por 2-3 en el Anxo Carro. Los hermanos Emaná (Achille y Stephane) fueron los protagonistas de la victoria tarraconense con su acierto.

El propio Real Valladolid ha visto esta campaña cómo se volatilizaban marcadores favorables para acabar derrotado. Curiosamente, sucedió de forma consecutiva: en el campo del Levante el pasado 2 de octubre y seis días después en Zorrilla frente al Huesca. En el Ciutat de València, Iván López marcó en propia meta el 0-1 para el Pucela. Luego, llegó Roger con su fusil (dos tantos, uno de penalti) y Jason para remontar a lo grande. El blanquivioleta Iban Salvador marcó el 2-3 final. El choque del Huesca pareció encauzado con el tanto de Raúl de Tomás, hasta que Juanjo Camacho empató la contienda y Samu Saiz aprovechó el penalti cometido por Alberto Guitián para certificar la remontada oscense.

Hubo ocasiones

El Real Valladolid no encuentra esos caminos desde hace dos años. «Sí, sabemos que nos cuesta cuando los rivales se nos ponen por delante», constata Joan Jordán. «Pero lo cierto es que en Oviedo tuvimos ocasiones para remontar. En mi fuero interno pienso que, si hubiésemos logrado marcar, nos habríamos llevado el partido, pero su portero estuvo muy bien y evitó que entrara el gol del empate». Para el mediocentro, el gran pecado blanquivioleta en el Carlos Tartiere tuvo que ver con un déficit de atención inicial. «El equipo no salió todo lo concentrado que debería y se nos complicó el choque por una cosita puntual de la primera parte. No tuvimos muchos errores, pero sí en una o dos acciones, y esos son los aspectos que tenemos que mejorar para ser un equipo muy, muy jodido [para los adversarios]».

Solo un jugador de la actual plantilla pucelana puede decir (en pasado) «yo remonté con el Real Valladolid». Es André Leão, único superviviente del ‘año Rubi’, y titular en el 1-5 del 25 de enero de 2015 ante el Mallorca. Los demás futbolistas actuales han de recurrir a un futuro de deseo, un mantra para conjurar el maleficio: «Yo remontaré con el Real Valladolid. Nosotros remontaremos con el Real Valladolid...».