Hace un par de días se celebraba el Día de Castilla y León, la comunidad autónoma más extensa de España y que recoge, según he leído, más del 60% de todo el patrimonio (arte, cultura, arquitectura...) del país. Con varios bienes declarados Patrimonio de la Humanidad, cerca de 2.000 Bienes de Interés Cultural, 400 museos y más de 500 castillos, amén de nuestra gastronomía y eventos como la Semana Santa, nunca entenderé el complejo que algunos siguen teniendo de pertenecer a esta maravillosa tierra. Desconozco también el porqué de que nuestra Comunidad sea menospreciada diariamente en los medios nacionales y que solo se acuerden de nuestras tierras, por lo general, para ilustrar noticias sobre el frío.
Defender nuestras costumbres y tradiciones, de una manera sana y sin excluir a nadie ni creernos superiores por haber nacido en un punto concreto del planeta, debe ser motivo de orgullo desde que nacemos. Obviamente no se puede comparar al Acueducto de Segovia o una talla de Juan de Juni con una entidad deportiva, pero estos clubes también son transmisores de valores e identidad.
En la semana en la que medio mundo se debatía entre Real Madrid o Fútbol Club Barcelona, tuvo que llegar un humorista, dicho con todo el respeto que merece alguien que se dedica a algo tan bonito y complicado, para que a algunos se nos escapara una lagrimita por el simple hecho de amar al Real Valladolid. Ya habrán adivinado que me refiero a la pieza de Vaquero que ha corrido como la pólvora en las redes en la que le explica a una niña que ser del Pucela no se elige. Bajo el eslogan ‘No elegimos al Valladolid, somos del Valladolid’ (por una vez se les perdona que omitan el ‘Real’), Vaquero nos recuerda la importancia de apostar por lo nuestro.
Muchos dirán que el Real Valladolid no nos da de comer (ojo, que a muchos hosteleros y trabajadores sí), pero sí alimenta nuestros sentimientos y da a conocer la ciudad en muchos ámbitos y países. El deporte permite que nombres de ciudades como Fuentealbilla o Funchal se paseen por todo el mundo y las situemos en el mapa. Es hora de apostar por nuestras tradiciones, culturales, gastronómicas… Y deportivas. El Real Valladolid es otro símbolo de Castilla y de Pucela del que sentirse orgulloso y presumir. Merece ser bien tratado por todos, empezando por sus gestores. El sábado, nuevo derby comarcal para disfrutar de dos equipos de nuestra tierra.
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