Paco Herrera no quiere que sus jugadores se distraigan de la importancia del partido de este domingo ante el Mirandés. Por eso, el técnico del Real Valladolid paró el entrenamiento de este miércoles para abroncar a sus jugadores, después de que Becerra y Jose Arnaiz mantuviesen un pequeño rifirrafe verbal (el portero recriminó una acción al delantero, este le contestó y el guardameta le recriminó de nuevo). «¡Nos estamos jugando la vida y estamos haciendo el gilipollas!», gritó Herrera.
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