Desde la grada
Uno de los mayores éxitos del deporte hispano fue la consecución en 2010 del mundial de fútbol en Sudáfrica. Íbamos como campeones de Europa y una inmaculada fase de clasificación con pleno de victorias. Favoritos en las casas de apuestas y con un grupo aparentemente sencillo, nos presentamos en Durban el 16 de junio a debutar contra Suiza. El resultado final fue una dolorosa derrota por cero goles a uno y un ambiente prebélico contra Del Bosque, entre otras cosas por haber alineado a Busquets. El caso es que ya no valía un fallo. Sólo los seis puntos en los dos siguientes partidos nos daban el pase a la siguiente fase y no era seguro. Jugar con esa mochila no era muy cómodo y los dos siguientes partidos se ganaron aunque con un juego más tosco que el exhibido en Austria y Suiza dos años antes.
Imagino la carga psicológica que supone enfrentarse a un reto de tener que ganar seis partidos seguidos para lograr el objetivo de ser campeones. Seis partidos en los que si perdías te volvías a casa. Pero cuando tienes a una persona como Vicente del Bosque en el banquillo y a jugadores con el carisma de Casillas, Puyol, Xavi o Villa en el campo, resulta que la carga psicológica la tenía el rival. Y así fue como fuimos campeones del mundo.
Hace poco más de un mes nosotros estábamos como España en Sudáfrica, derrotados y sin esperanza. Hoy dependemos de nosotros mismos. Y sin embargo reina el pesimismo en la parroquia. La derrota, que así es considerado el empate en Anduva, del pasado domingo hizo que estuviésemos mejor que al empezar el partido. Pero en el descanso todos nos veíamos el día del Cádiz jugando para elegir rival en la primera eliminatoria de la promoción de ascenso.
Decía un futbolista argentino «Che pibe, hay que hacerse propaganda, porque si decís que sos un boludo todo el mundo te cree, pero si decís que sos cojonudo, la gente cree que exageras, pero algo queda». Yo llevo diciendo toda la temporada que tenemos una muy buena plantilla y un gran entrenador y lo sigo diciendo pese a todo. Y por eso yo creo. Y por eso iré el sábado a Zorrilla sabiendo que no me vale el empate contra el Getafe. Ojalá esto mismo que yo pienso lo piensen los que salten al campo. Me parece que nuestros rivales nos tienen el mismo respeto que Honduras, Chile, Portugal, Paraguay, Alemania y Países Bajos tenían a los Casillas, Puyol, Xavi...A ver si nosotros en el campo nos ganamos ese respeto
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