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Keko avanza entre varios rivales R. Gómez

El Real Valladolid suma un merecido punto en Vigo pese al equipo arbitral

Óscar Plano y Nacho lideran a un equipo que se rehizo en dos ocasiones y supo sacar toda su casta y calidad para sumar un punto que sabe a triunfo

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Sábado, 22 de septiembre 2018

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Suele decirse que lo que el fútbol te quita, el fútbol te da. Y el domingo pasado el fútbol le quitó un punto al Pucela y en Vigo se lo devolvió. Un gol de Leo Suárez, que llevaba 30 segundos en el campo, hizo parte de justicia a un Real Valladolid que durante 75 minutos fue superior al Celta, y al que solo privó del triunfo dos palos y una actuación arbitral lamentable y bochornosa.

Celta de Vigo

Sergio, Roncaglia, Costas, Araujo, Juncà (Junio Alonso, min. 59), Okay, Brais Méndez (Fran Beltrán, min. 82), Lobotka, Iago Aspas, Maxi Gómez, Boufall (Sisto, min. 68)

3

-

3

Real Valladolid

Masip, Moyano (Leo Suárez, min 90+), Olivas, Calero, Nacho, Borja (Ünal, min. 56), Alcaraz, Keko (Toni, min. 52), Míchel, Plano, Cop

  • Goles 1-0, min. 5: Aspas se gira en el área, supera a Calero y a Masip 2-0, min. 10: Maxi controla un centro de Aspas y bate a Masip. 2-1, min 39: Óscar Plano remata de cabeza un gran centro de Nacho. 3-1, min. 55: Aspas, de fuerte disparo desde fuera del área 3-2, min. 65: centro de Nacho con rosca al que se adelanta Ünal. 3-3, min. 94: gran jugada entre Nacho y Plano, pase atrás del delantero y Leo Suárez entra en el segundo palo para hacer el empate

  • Árbitro Prieto Iglesias. En el VAR, Unidano Mallenco. Lamentable el pricnipal y cobarde el asistente de vídeo. Concedieron el 2-0 después de un control con la mano de Maxi. No dieron penalti en un agarrón a Olivas flagrante y perdonó las segunda amarilla a Juncá. Amonestó a Alcaraz, Cop, Roncaglia, Juncá

Entró el Real Valladolid muy mal en el partido. Realmente ni entró. En 10 minutos encajó dos goles que retrataron a los centrales. Olivas y Calero, pese a lo que llevan jugado juntos, no se acoplaron bien, dejaron huecos y Aspas primero y Maxi después aprovecharon la coyuntura. Que el uruguayo se ayudara del brazo para controlar el centro de Aspas en el segundo gol no se lo tendremos en cuenta a ese pésimo árbitro que es Prieto Iglesias. La jugada tenía sus complicaciones y tampoco en el VAR Undiano Mallenco estaba por la labor de ayudar, pero las leyes físicas dicen que si un objeto que viene por el aire es frenado por una superficie blanda, amortigua su velocidad rápidamente. Y eso es lo que se vio en directo. Prieto no lo vio. Lástima. Andaría despistado.

El caso es que el Pucela se encontró transitando con dos goles en contra, novedad en la Liga, y rozando el tercero en cualquier momento. Pero el Celta no lo hizo, y para más inri Olivas sufrió un agarrón dentro del área de esos que decían que resolvería el VAR y haría justicia. Palabras vacías, como se demostró.

La jugada, con todo, puso las pilas a los de Sergio, que dieron un paso adelante. Plano y Alcaraz empezaron a tocar más balón y ello, unido a la relajación de los locales, empezó a provocar despistes en la zaga celeste. Se veía llegar el gol vallisoletano. Y tal honor le cupo a Plano, ¿justicia poética?, que remató de cabeza un buen centro de Nacho después de que el equipo llevara el balón de una banda a otra. Tercer gol de cuatro que encajaban los vigueses de cabeza. Quizá había un filón a aprovechar por ahí.

Pero no, al final el filón no fue el juego aéreo. No. El filón fue el juego, el fútbol, el gusto por el balón. Sergio supo mover las piezas de que dispone con maestría y, pese al 3-1 encajado en el mejor momento de la segunda parte, dotó al equipo de la confianza que necesitaba para remontar.

El catalán primero colocó a Toni por Keko y mandó a Plano a la derecha para que sus diagonales crearan inseguridad al centro del campo. Lo logró. Y cuando el Celta empezaba a temblar, puso a Ünal con Cop en punta, retrasó a Alcaraz y dejó a Plano, Toni y Míchel para que creara. Y crearon, vaya que si crearon. Con el apoyo permanente y brillante de Nacho, que destrozó a sus pares una y otra vez, el Real Valladolid se convirtió en una apisonadora. Sergio fue Valiente, incluso se la jugó a falta de 5 minutos quitando a un lateral para poner a Leo Suárez. Defensa de tres y todos arriba. Y salió bien. Muy bien.

El Pucela encajó tres goles, pero anotó tres. Vale. Y más allá de eso demostró que cada partido que pasa juega mejor que el precedente. Ya han llegado los goles, ahora llegará el triunfo. El jueves o el domingo, pero este grupo empieza a entender que su límite es el que ellos decidan colocar.

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