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Luis César Sampedro, Mata y Chris Ramos durante el entrenamiento del jueves.

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Luis César Sampedro, Mata y Chris Ramos durante el entrenamiento del jueves. A. Mingueza

Chris Ramos, directo al entrenamiento del primer equipo

El delantero gaditano, a las órdenes de Luis César Sampedro en su primera jornada como blanquivioleta

J. A. Pardal

Valladolid

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Viernes, 5 de enero 2018, 09:31

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Aparentemente centrado en lo suyo e intentando seguir a pies juntillas las órdenes de Luis César Sampedro y los demás componentes del equipo técnico del Real Valladolid, Chris Ramos entrenó este jueves con la primera plantilla del Real Valladolid en su día uno como jugador blanquivioleta.

Lo primero que destacaban de él todos los presentes, cerca de medio centenar sumando niños y padres que aprovechan estas jornadas de vacaciones para llevar a sus hijos a contemplar las evoluciones de sus ídolos, es su envergadura. No en vano, ha arrebatado a Borja y Deivid el techo del equipo, con sus 1,93 metros de estatura.

Tiene aspecto de no haber roto un plato nunca a sus veinte años de edad (cumple 21 dentro de once días), o al menos hasta que la pelota cae en sus pies, como demostró en algunos de los ejercicios realizados en el entrenamiento. Metió cuerpo y pierna, aunque , por el momento, no se ha podido apreciar la que destacan como su habilidad principal: la velocidad.

En el calentamiento, que separó a los jugadores en dos rondos, se le vio bien arropado por los capitantes Borja y Moyano. En la segunda mitad de la sesión estuvo, como no podía ser de otra forma, con sus dos compañeros de demarcación: Mata y Villalibre, este último, uno de los dos únicos jugadores, junto a Mayoral, más jóvenes que él en el primer equipo.

Un jugador muy deseado

Más allá de los pocos detalles que pudo dejar en su primer entrenamiento con los profesionales del club vallisoletano, a este futbolista nacido en Cádiz en 1997 no se le exige desde el club nada más que trabajo y crecimiento. «Un primer día es un primer día, solo eso», recitaba su entrenador en la rueda de prensa posterior a la sesión, en la que analizó al primer fichaje del equipo en el mercado invernal. «El chico debuta y hay que ir observándolo poco a poco para ver si va a tener gran participación con nosotros o va a tener menos», aseguraba Luis César Sampedro, que no quiso poner ni un pero a su contratación. «Nosotros buscamos resultados deportivos y la Secretaría Técnica trabaja muy duro. Ha sido costoso traerlo; si lo quieren varios clubs nacionales y extranjeros será porque detectan talento».

Christopher Ramos de la Flor, nombre completo del atacante, no llega como jugador fijo del primer equipo sino que alternará su tiempo con el filial.

El club del Nuevo José Zorrilla es su tercer equipo en esta temporada, en la que está despegando a una velocidad propia de unos tiempos que en ocasiones tan solo maneja el fútbol. Arrancó la 2017-2018 en las filas del San Fernando B, en el que tan solo disputó dos encuentros antes de dar el salto al primer equipo, que milita en el Grupo IVde Segunda División B. Allí jugó catorce encuentros en los que hizo cuatro goles y, después, avión directo a Valladolid.

El gusto que ha dejado en el conjunto isleño ha sido excelente pero fugaz. «Pasapalabra: ¿tiene potencia y velocidad y no es un coche? Respuesta: Chris Ramos». Así de curiosa es la definición que hace de él Antonio Marín, aficionado y exjefe de Prensa del San Fernando, club del que procede Ramos.

Sus cualidades no son las típicas en un jugador de su envergadura y así lo reconoce Sampedro cuando glosaba sus atributos. «Es alto y rápido, un jugador de los que no hay porque los más veloces suelen ser bajos. Creemos que puede ser un jugador con un gran futuro». El tiempo dirá.

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