Valladolid es lugar de peregrinaje para los hinchas del Colo-Colo. Aquí murió el 3 de mayo de 1927, el capitán David Arellano, uno de los fundadores del club chileno, tras jugar un amistoso ante el equipo local Real Unión Deportiva. La memoria de Arellano sigue muy viva en Chile. Pavel Piña, vicepresidente de desarrollo social del Club Social y Deportivo Colo-Colo, se desplazó ayer hasta Valladolid para visitar los lugares que marcaron el fatal desenlace del jugador, como el edificio del desaparecido Hotel Inglaterra (en la calle María de Molina) o el cementerio de El Carmen, donde fue enterrado Arellano antes de su traslado a Santiago de Chile dos años después. Piña también efectuará gestiones con el Ayuntamiento para ver si es posible recordar a Arellano en la ciudad con alguna inscripción.
«Arellano es claramente el referente institucional que tiene Colo-Colo. De hecho, en la parte de arriba de la insignia del club aparece un franja negra, un luto eterno por su recuerdo. Su muerte golpeó muy fuerte en 1927 y es la causa del seguimiento que tiene Colo-Colo, el club más popular en Chile. Para nosotros es importante estar acá e ir rescatando estos lugares», explica Pavel Piña.
El área social de Colo-Colo estudia muchas iniciativas para potenciar la memoria de Arellano y muchas de ellas tienen que ver con Valladolid. «A nivel patrimonial,nos gustaría dejar alguna placa en los lugares que recuerdan a Arellano. Sería interesante, por ejemplo, armar una ruta para que los chilenos que vengan a España se acerquen a Valladolid y no tengan que estar adivinando dónde se encuentran esos lugares, una especie de turismo patrimonial. También me interesaría realizar alguna investigación con personas que estén acá y revisar en profundidad periódicos, revistas y documentos de esa época, y tal vez entrevistar a familiares de los jugadores de la Real Unión», comenta Piña, quien trata de contactar con descendientes de David Hornia, el futbolista vallisoletano cuyo golpe involuntario causó la muerte de Arellano al complicarse la hernia umbilical que ya padecía.
En Chile llamó mucho la atención el documentado artículo escrito por José Miguel Ortega y publicado en El Norte de Castilla el pasado 3 de mayo, en el 90º aniversario de la muerte de David Arellano. «Se movió mucho en las redes sociales allá en Chile, en Twitter, en Facebook. La gente subía fotos del diario porque no fue solamente una notita, sino un reportaje más amplio. Supuso un motivo de alegría y orgullo para todos».
Diferentes agrupaciones de aficionados y el propio Colo-Colo bucean en la historia de su mito fundacional, como explica Pavel Piña. «Esta es una gestión que hizo uno de los socios de las agrupaciones que empezaron a surgir hace unos diez años. La idea es generar una red de apoyo entre los hinchas y la directiva. El club se construye entre todos, no solo con los dirigentes».
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
Valladolid es lugar de peregrinaje para los hinchas del Colo-Colo. Aquí murió el 3 de mayo de 1927, el capitán David Arellano, uno de los fundadores del club chileno, tras jugar un amistoso ante el equipo local Real Unión Deportiva. La memoria de Arellano sigue muy viva en Chile. Pavel Piña, vicepresidente de desarrollo social del Club Social y Deportivo Colo-Colo, se desplazó ayer hasta Valladolid para visitar los lugares que marcaron el fatal desenlace del jugador, como el edificio del desaparecido Hotel Inglaterra (en la calle María de Molina) o el cementerio de El Carmen, donde fue enterrado Arellano antes de su traslado a Santiago de Chile dos años después. Piña también efectuará gestiones con el Ayuntamiento para ver si es posible recordar a Arellano en la ciudad con alguna inscripción.
«Arellano es claramente el referente institucional que tiene Colo-Colo. De hecho, en la parte de arriba de la insignia del club aparece un franja negra, un luto eterno por su recuerdo. Su muerte golpeó muy fuerte en 1927 y es la causa del seguimiento que tiene Colo-Colo, el club más popular en Chile. Para nosotros es importante estar acá e ir rescatando estos lugares», explica Pavel Piña.
El área social de Colo-Colo estudia muchas iniciativas para potenciar la memoria de Arellano y muchas de ellas tienen que ver con Valladolid. «A nivel patrimonial,nos gustaría dejar alguna placa en los lugares que recuerdan a Arellano. Sería interesante, por ejemplo, armar una ruta para que los chilenos que vengan a España se acerquen a Valladolid y no tengan que estar adivinando dónde se encuentran esos lugares, una especie de turismo patrimonial. También me interesaría realizar alguna investigación con personas que estén acá y revisar en profundidad periódicos, revistas y documentos de esa época, y tal vez entrevistar a familiares de los jugadores de la Real Unión», comenta Piña, quien trata de contactar con descendientes de David Hornia, el futbolista vallisoletano cuyo golpe involuntario causó la muerte de Arellano al complicarse la hernia umbilical que ya padecía.
En Chile llamó mucho la atención el documentado artículo escrito por José Miguel Ortega y publicado en El Norte de Castilla el pasado 3 de mayo, en el 90º aniversario de la muerte de David Arellano. «Se movió mucho en las redes sociales allá en Chile, en Twitter, en Facebook. La gente subía fotos del diario porque no fue solamente una notita, sino un reportaje más amplio. Supuso un motivo de alegría y orgullo para todos».
Diferentes agrupaciones de aficionados y el propio Colo-Colo bucean en la historia de su mito fundacional, como explica Pavel Piña. «Esta es una gestión que hizo uno de los socios de las agrupaciones que empezaron a surgir hace unos diez años. La idea es generar una red de apoyo entre los hinchas y la directiva. El club se construye entre todos, no solo con los dirigentes».