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El marqués del círculo central

El marqués del círculo central

Análisis ·

Sostiene el autor que Míchel es el hombre clave de este Valladolid agigantado y seguro de sí

Javier Yepes

Domingo, 7 de octubre 2018, 22:18

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V ino a coincidir la tercera victoria consecutiva del equipo con la de menor lustre técnico de todas ellas, al tiempo que lo hacía frente al teoricamente mas débil de los contrincantes. La historia, pues, se repite de nuevo y se explica facilmente.

Sin embargo, y antes de entrar en el aná lisis, bueno será decir que, disquisiciones técnicas aparte, hoy en la clasificación el equipo cuenta con tres puntos más que al comienzo del partido y que eso es para lo único que se pelea.

Otra cosa es explicar que al Villarreal le jugamos perfecto y a la contra como pide la razón y que frente al Levante remontamos rápido y gestionamos mejor los últimos momentos para acabar ganando.

La victoria de ayer frente al último de la tabla a día de hoy, subcampeón de nuestra liga la pasada temporada, presumiblemente iba a resultar muy costosa, como así resultó. El Huesca está tocado por los resultados y herido en su amor propio de reciente primerdivisionario. Y además tiene un muy buen equipo que aún no está acoplado, pero que va a pelear por conseguirlo porque mimbres tiene.

Asi pués estamos hablando de tres triunfos enormemente meritorios, jugados de diferentes modos pero con resultado final positivo, que es lo importante.

El de hoy quizás haya sido el partido en el cual el equipo menos haya brillado, pero es tan cierto como que jamás perdió la entereza global que le viene caracterizando desde que Sergio González se hizo cargo del mismo.

Ayer el equipo no conectaba bien con sus dos puntas o quizás fuesen ellos los que no lo conseguían con el resto.Y era algo tan evidente como que ambos no acababan de encontar el sitio adecuado en el cual moverse. Ello genera espesura y resta fluidez en una zona en la que lo único que se busca es un mínimo resquicio para moverse y poder ejecutar.

Para ello surge la figura del volante adelantado, el 10 para que nos entendamos, que da fluidez, acompaña y asiste.

Sin embargo, y gracias a esa entereza comentada que se fragua desde atrás con un portero excelente y una línea de cuatro asentada, firme y creativa en el inicio del juego como mandan los cánones si quieres imprimir un estilo, se acabó salvando el partido.

Ayer ese estilo era por el que clamaban Michel Herrero y el entrenador, cuando en pleno acoso oscense el equipo se precipitaba en el pase y escogía mal el tempo del juego, justo en el momento en el que mas calma se necesita si se quiere ser práctico a la hora de entender el juego.

Ahí fue donde se agigantó la figura de ese jugador desgarbado, enjuto y tan triste de expresión como excelso de concepto balompédico, que le otorgan a Miguel Alfonso Herrero Javaloyas el titulo de marqués del circulo central.

Ese chico del que se dice que hace meses, mientras calentaba aburrido en una esquina del campo, se preguntaba en voz alta porque al entrenador no le gustaba el fútbol. Para mi que es una leyenda urbana, pero ¡vaya usted a saber..!

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