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Viernes, 24 de noviembre 2017, 22:42
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Miguel Ángel Gómez, director deportivo del Real Valladolid, ha ido cerrando en las últimas semanas las renovaciones de canteranos con ficha del primer equipo como Anuar Mohamed, Fernando Calero y de talentos como el juvenil Miguel de la Fuente, cuya ampliación de contrato (hasta 2021) se anunció este lunes.
Sin embargo, hay otras operaciones que están más enquistadas y que no tienen visos de resolverse positivamente, principalmente la de Jaime Mata.
El máximo goleador de la Segunda División (12 tantos en 15 jornadas) no ha aceptado la propuesta de renovación que le ha extendido el club blanquivioleta y su salida en verano parece cantada. Cada tanto que consigue con la camiseta del Real Valladolid aumenta su caché y le aleja de Zorrilla. «Yo me alegro porque el chaval marque», señala Miguel Ángel Gómez. «Nuestra relación con él es buena, así como su comportamiento. Las posturas están muy distanciadas, pero es normal. El club tiene que pensar por qué estuvo en la situación económica que estuvo y no podemos salirnos de un patrón. Hay que confeccionar una plantilla de 22 y distribuir la inversión de cada uno. Es verdad que la oferta que le hemos hecho a Jaime es excelente y haciendo un grandísimo esfuerzo, pero las situaciones están distanciadas. No hay acuerdo».
Más esperanzas existen en la negociación con el mediocentro Luismi Sánchez, cuyo contrato también expira el próximo verano. «Luismi quiere jugar en el Pucela. Es una renovación compleja, pero creo que si todos ponemos de nuestra parte, llegaremos a un acuerdo».
Gómez ve muy factible la ampliación contractual de Toni Villa, operación que sigue en marcha: «El chaval quiere renovar. Estamos hablando ahora mismo y vamos a darle forma. Creo que va a llegar a buen puerto», anuncia.
El director deportivo blanquivioleta asegura que «no hay prioridad» para reforzarse en el mercado invernal, aunque matiza que «hay que ser profesionales y estar pendientes del mercado. Si vemos que hay algo interesante, se puede abordar, algo de dinero hay, pero no vamos con la necesidad marcada de fichar».
En el plano competitivo, Real Valladolid recuperó el gen ganador con un gol rápido ante el Real Oviedo, un repliegue continuo y la renuncia de la posesión, un giro copernicano en el estilo habitual de Luis César. «Nadie le ha dicho nada», señala Miguel Ángel Gómez. «Es él el que está intentando ajustar al equipo en la fase defensiva. Luis no vive de espaldas a la realidad, se ha dado cuenta y está analizándolo. Nosotros [la dirección deportiva] no nos metemos en asuntos tácticos del entrenador ni en su forma de trabajar. Vamos todos en el mismo barco. Luis es el primero que no quiere perder y lo ha reestructurado. Evidentemente, a nivel ofensivo lo ideal es que nosotros sigamos dando nuestra versión. La mejoría en defensa no va reñida con renunciar a nuestro estilo de ataque», subraya Gómez.
El director deportivo del Real Valladolid entiende que la versión especulativa que ofreció el equipo en la última jornada, coronada con la guinda de la victoria por 3-1, fue una «adaptación a ese momento del juego». «Insisto en que creo podemos ser un equipo que juegue muy bien al fútbol y también defienda bien. Me gustaría remarcarlo. Los dos estilos no están reñidos y son totalmente compatibles. Uno juega bien atacando bien y defendiendo bien. Ese es el equilibrio que busca Luis César desde el primer momento. Ylo va a seguir buscando. No quiere decir que si defiendes bien tengas que jugar mal. Defender bien no está reñido con jugar bien».
El triunfo ante el Real Oviedo permite al Real Valladolid «estar en la pelea» de los equipos que luchan en la zona alta. De hecho, ha servido para saltar de la novena a la séptima plaza, favorecido por otros resultados de la jornada, y ver los puestos de ascenso directo a solo tres puntos. El Cádiz, próximo rival encadenó en El Molinón su tercera victoria consecutiva (ganó 0-3 al Sporting), pero lejos de asustarse, Gómez ve el próximo encuentro como un reto. «El resultado nos venía bien y ahora nos la jugamos nosotros con el Cádiz. Va a ser un partido grande, de esos a los que no hay que tener miedo. Al revés, son los encuentros que uno está deseando que lleguen, los duelos bonitos que nos tienen que gustar».
La situación del Real Valladolid B, colista del grupo I de la Segunda División B, entristece a Miguel Ángel Gómez. El filial no levanta cabeza. «Me da mucha pena porque somos un equipo débil en las dos áreas. El juego que realizan es bueno, pero no se traduce en resultados y este es un deporte de alto rendimiento. La situación actual es merecida porque no estamos siendo efectivos.Me da pena y tenemos que seguir luchando para salir y darle la vuelta». El director deportivo del Real Valladolid considera que la mejor receta pasa «por el trabajo» y «dar cariño a los chavales». Además, anuncia refuerzos. «Vamos a ver si podemos ayudar al equipo ahora en invierno con algo», desliza.
Gómez explica que el delantero Luis Suárez «se está llevando todos los palos» por su pobre rendimiento en el ataque del Promesas, pero no es el único. «Hay más gente, como Miguel, que también debería dar un pasito al frente». En defensa, Gómez detecta «falta de madurez y contundencia». «Se quieren jugar todas las acciones y hay que buscar la seguridad. Los chavales tienen que madurar».
La confección de la plantilla del filial, a contrarreloj, fue un problema veraniego que ahora se paga. «Llegamos muy, muy tarde a la dirección deportiva. No se dejó nada hecho. Hubo nueve salidas y tuvimos que hacer rápidamente todas las entradas que pudimos. El mal inicio de competición nos penalizó muchísimo». La elección de Carlos Salvachúa como entrenador resultó un fiasco y el técnico fue relevado por Miguel Rivera después de cinco jornadas : «No consiguió arrancar, no tenía fuerza, ánimo o lo que fuera. Si nosotros hubiéramos iniciado la competición como estamos ahora, no nos encontraríamos en esta situación. Tenemos más intensidad en el juego, pero debemos aprender a competir. Los chavales no pueden tirar la toalla. Si quieren llamar a la puerta del primer equipo, tienen que luchar hasta el último partido por salvar la categoría».
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