i algo me ha parecido positivo en los primeros meses de la temporada en el Real Valladolid había sido la participación activa de juveniles con el Promesas en Segunda División B, demostrando que cuando no se subía a juveniles al filial cuando militaba en Tercera, en pasadas temporadas, no era más que una milonga alegando un supuesto salto de categoría.
Dani Hernández, Mario Robles y Dani Vega han tenido minutos en la categoría de bronce durante estas primeras trece jornadas. Y todos han jugado de titular y por delante de otros jugadores del filial, es decir minutos de calidad y no de relleno ni de cara a la galería.
Por este mismo motivo y en sentido contrario, la situación de Guille Andrés en el primer equipo sí parece algo testimonial. Más allá de los 45 minutos frente al Mirandés, Rubi no parece terminar de creer en Guille como opción para la posición de ‘nueve’. Y seguramente sea la mejor opción, dada la sequía de Óscar Díaz y el fallido experimento de Jeffren Suárez como delantero centro. Toda vez que poner a Jorge Hernández en esa posición tampoco parece una opción.
La situación del primer equipo es privilegiada, y la solidez defensiva con pocos goles en contra debe permitir dar un paso más de medio campo hacia adelante y generar más ocasiones. Y ahí es donde echo de menos la valentía del entrenador para contar con el único delantero centro sano de la plantilla desde la lesión de Roger.
Igual que crítico que un jugador del filial como es Mario Robles, más allá de la J de juvenil que ponga en su licencia federativa, baje a jugar con el División de Honor a Alcobendas por haber perdido su titularidad con el segundo equipo en beneficio de Dani Espinar en tres jornadas consecutivas. Otro paso en la formación de Mario debe ser competir por un puesto, si fuera una situación prolongada en el tiempo quizá se podría tomar esa medida pero hacerlo ante la primera dificultad me parece fuera de lugar. Un error de la coordinación de cantera.
La figura de los promocionados debe ser clave en una cantera de un equipo profesional. Hemos hablado en otras ocasiones de la mejora de las instalaciones, pero también es importante que se marque una hoja de ruta y se marque en rojo a los jugadores que pueden tener potencial. En este caso, llama la atención la generación del 99 que compite en cadete autonómico y que es la de más talento en los últimos años.