El Norte de Castilla
Real Valladolid

lejos del área

Suerte y efectividad

Suena a tópico, pero los resultados demuestran, jornada tras jornada, que la Segunda División sigue siendo una carrera de fondo. Con cinco equipos en cabeza, apenas separados por un partido, la Liga Adelante se ha puesto tan preciosa como no apta para cardiacos. Resultará clave, por tanto, encontrar la estabilidad y saber gestionar las crisis que puedan llegar. El Real Valladolid ya atravesó su particular bache entre noviembre y diciembre, justo antes de la goleada frente al Barcelona B: llegó a sumar solo una victoria en 6 partidos, con 3 goles a favor y 5 en contra.

Desde aquella balsámica victoria ante el filial, hemos acumulado 5 victorias y un empate en 7 partidos. Además, si miramos las cifras goleadoras, nos encontramos con un dato aplastante: 20 tantos a favor y solo 4 recibidos desde que superamos ese bache de resultados. Enfatizo aquí que la crisis se ha pasado en cuanto a números, pues muchos tildan al equipo de irregular en lo que a juego se refiere. La muestra la encontramos en el partido ante el Racing, en el que el resultado, maquillado por la fortuna y la efectividad, resulta engañoso. Lo comentaba Javier Yepes en su análisis del encuentro, viniendo a decir que el Pucela confía sobremanera en su fondo de armario y su juego a ráfagas; apuesta demasiado a los chispazos de calidad y al acierto de su ataque.

También –hay que ser justos– hay que decir que el Valladolid goleó en un encuentro que iba camino de ser otro ‘Llagostera’ o ‘Leganés’. No sé si fue la suerte, el árbitro o el acierto, pero a este tipo de encuentros el Pucela, no hace tanto, ni se presentaba. Quedémonos pues, con lo positivo: Pese a las dudas en el juego, el Real Valladolid está encontrando puerta y sigue situado en la zona noble. Los nuevos fichajes deben aportar (destacar a Pereira, que hace jugar y lleva ya 4 tantos y 3 asistencias) y ayudar a que lleguemos a las últimas jornadas bien situados. Este Pucela ilusiona a chispazos; esperemos no caer en una crisis profunda, que llegue la estabilidad o, al menos, que estos ramalazos de calidad nos sigan acompañando hasta junio. Lo ideal sería buscar un patrón estable sobre el que cimentar, con paciencia y regularidad, el ascenso directo. Anclados, solo en la suerte y la efectividad, no convendría tentar a la suerte en la ruleta del ‘play-off’.