El Norte de Castilla
Real Valladolid

lejos del área

¡Viva el Real Valladolid!

Cuando el ser humano siente una fuerte simpatía, e incluso se llega a querer realmente a una persona o entidad, le exige más a esa gente que a alguien que es meramente un conocido. Estos sentimientos hacen que, cuando esos a los que apreciamos de manera especial muestran su peor cara, la decepción sea mayor. Una vez analizado el error cometido, solo queda aportar soluciones críticas y ofrecer apoyo incondicional y cariño para remontar la situación adversa. Analizar el porqué de estos fallos es tan fundamental como mostrar fuerza y comprensión hacia quien nos ha fallado. De nada vale regodearse en el fango de los achaques, pues corremos el riesgo de hundir más a aquel que apreciamos.

En el caso del Real Valladolid ya hemos pasado ese periodo de críticas (algunas más constructivas y otras más hirientes); sabemos que nos han decepcionado y se lo hemos hecho saber al equipo, ahora mostrémosle nuestro apoyo y tendamos una mano al Pucela. «Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite», es la frase que podría definir este tipo de situaciones.

Este fin de semana, tras el mal partido ante el Albacete, me dispuse a cambiar el chip y desconectar del fútbol un rato. Me puse una película (cuyo título no diré para no arruinarles el final) y reflexioné. En el filme había una historia sobre dos novios que se iban a casar. En pleno convite, la chica descubre que su marido le engaña y ella, lógicamente, entra en cólera. Tras muchos minutos de destrozos en el salón, proposiciones de divorcio, peleas y humor negro, la cinta termina con la pareja haciendo el amor en pleno banquete, ante la sorpresa de todos los asistentes.

Sirva este guion como comparación exagerada acerca de la relación de muchos con el Real Valladolid. Quien ama al club siente las decepciones como puñaladas, grita, maldice e incluso mucha gente se ‘divorcia’ del Pucela. Otros, tras un periodo de lógicas críticas y reproches, volvemos a animar esperando que el equipo regrese al nivel que todos queremos.

Olvídense, al menos esta semana, de leer en esta columna más reproches, peticiones de dimisión y lamentos. Es el momento de estar con quien más nos necesita y no atraviesa su mejor racha. Vamos a poner la otra mejilla y confiar en ganar al Girona y luego obtener dos victorias seguidas en Zorrilla. Ahora más que nunca, ¡Viva el Real Valladolid!