Visitaban Las Palmas los de Rubi con la idea de traducir en goles y victoria la leve mejoría cosechada ante el Sabadell y, otra vez, el equipo dejó al respetable con una sensación agridulce. Es de alabar cierta reacción que, tras tres derrotas seguidas, ha demostrado el Pucela coincidiendo con el regreso a la titularidad de Roger. No deja de ser curioso que un jugador que viene de una lesión, ya no solo demuestre mejor forma física, sino que también se atreva a meter más la pierna en balones disputados que otros compañeros. El Valladolid, espoleado por las ganas del pistolero, mejoró su imagen fuera de casa e incluso pudo vencer, pero de nuevo alternó arena y cal sobre el césped. Resulta también llamativo que en la jornada 35, pese a tener a jugadores como Rubio o Sastre en el banquillo, tiremos ahora de Rueda como centrocampista. El extremeño, con experiencia en categorías inferiores como pivote, estuvo afortunadamente a la altura de otra sorpresa táctica ideada por el entrenador.
Dicen los entendidos que ahí podría estar una de las claves de este Pucela: «Cambiamos nuestra alineación en función del rival», suelen lamentarse. Quienes defienden esta teoría insisten en que el Valladolid es un grande en esta categoría que debería haber encontrado ya un patrón a falta de 7 jornadas para el final de liga. Tienen parte de razón. Parece, aunque sigamos sin encadenar tres triunfos consecutivos, que algo hemos mejorado con la vuelta de un nueve de referencia, pero sigo sin entender cosas como la infrautilización de Álvaro. El partido ante Las Palmas, a falta de 20 minutos para el final, estaba para gente como Rubio o Valerón, jugador que sí aprovecharon los rivales para casi sentenciar al Valladolid. Al final, como digo, arena y cal para el Pucela. Goal Average perdido y mayor distancia con los puestos de ascenso directo. Tres partidos sin perder, no obstante, ofreciendo algo más de estabilidad y lucha, aunque con los tradicionales altibajos de esta temporada. Los encuentros que restan deben disputarse todavía con más ganas y, si es posible, «vamos a jugar», como pedía Óscar y recordaba ayer Javier Yepes en su análisis. Quedan 7 citas para recuperar el orden y desprender ilusión, partidos para poner en orden jugadas y asimilar automatismos que, de no conseguir el ascenso directo, deben sentar unas bases muy válidas para ascender en el 'play-off', vía larga pero también válida hacia el éxito.