El Norte de Castilla
Real Valladolid

puerta 17

Cuestión de tiempo

El cambio del entrenador en el mundo nunca es buena noticia, porque si se ha llegado a ese punto es porque el equipo ha llevado un proceso de descomposición hasta tener que cambiar al patrón al mando del barco, en este caso del proyecto del Real Valladolid.

Se agotó la paciencia con Gaizka Garitano, que nos tenía en puestos de descenso a Segunda B, y se inició la etapa de Miguel Ángel Portugal al frente del Pucela. Y como dice el tópico futbolero, «Entrenador nuevo, victoria segura». Y así fue. Primer doble objetivo conseguido; cambio de dinámica del equipo, ganando al Mirandés y paz social con la afición.

La belleza del primer gol conseguido merced a una gran jugada colectiva y los primeros minutos con un buen juego son suficientes argumentos como para ganar crédito y margen de maniobra para el nuevo cuerpo técnico. Además, la igualdad existente en la actual Liga Adelante permite que ante cualquier dinámica prolongada, ya sea positiva o negativa, cambie totalmente tu posición en la tabla.

Y como dijo Portugal en su presentación, lo principal es cambiar el vestuario a nivel mental y eso va más allá de cambiar mucho el once titular. Y es que parece que Portugal va a apostar por el reformismo más que por el rupturismo respecto a la época de Garitano en el banquillo blanquivioleta.

Llegar a un vestuario a mitad de temporada, con sus códigos y su idiosincrasia, no es fácil para un entrenador, ya que debe mantener hábitos y conocer a veintiún jugadores de manera muy rápida, al carecer de numerosas sesiones y amistosos como en pretemporada. Es pronto para analizar si la llegada de Portugal es un acierto o un nuevo error pero sí era evidente que el equipo necesitaba cambiar y que la paciencia ilimitada tenida con los dos últimos entrenadores, Juan Ignacio Martínez y Rubi, no se iba a mantener en este caso con Garitano.

Es muy complicado dilucidar cuándo es el momento para cambiar de entrenador, con el añadido de luego acertar con el cambio, porque la decisión recae además sobre los mismos que ficharon a Gaizka y que hace una semana decidieron cesarle. Veremos ahora si lo visto el sábado con el cambio de entrenador se corresponde al típico impulso después de un cambio o tiene contenido y consistencia en el tiempo hasta final de temporada. Cuestión de tiempo.