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Paco López, en la zona técnica del Nou Camp el pasado jueves. Ballesteros-Efe
Paco López, el triunfo del fútbol atrevido

Paco López, el triunfo del fútbol atrevido

El técnico valenciano cogió las riendas de un Levante deprimido hace diez meses y lo ha convertido en alegre y arriesgado

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Viernes, 18 de enero 2019, 21:30

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Mil historias esconde el fútbol detrás de cada portería, cada vestuario, cada taquilla, cada gol, detrás de la sonrisa de un ascenso y las lágrimas del descenso. Un penalti en el último minuto o un cambio de inquilino en el banquillo en el tiempo extra.

La historia de Paco López (Silla, 1967), anónimo prácticamente hasta los 50, empieza a escribirse hace diez meses cuando viajaba camino de Elda al frente de la plantilla del Atlético Levante. Fue él quien eligió viajar en aquel autobús. Acababa de abandonar después de tres años el banquillo del filial del Villarreal y una circunstancia familiar le empujó a aceptar una oferta de la Tercera División para no alejarse de Valencia. El filial del club granota ocupaba su día a día el pasado 4 de marzo cuando viajaba en autobús camino de Elda. Paco López era por entonces el Miguel Rivera del Levante.

Ni siquiera su extraordinaria trayectoria, líder del grupo VI de Tercera, podían hacerle pensar que la llamada del director deportivo Vicente 'Tito' Blanco era para confirmarle como candidato elegido para sustituir a Juan Ramón López Muñiz al frente del primer equipo. Con solo tres victorias y 21 puntos después de 27 jornadas, el club levantino buscaba dar un volantazo que cambiara la dinámica de un grupo deprimido que ya había dado señales, además, de una profunda crisis interna en el vestuario. Aún se recuerda en el Ciudad de Valencia el 'perdón público' que pidió José Luis Morales, apodado el 'Comandante', tras el penúltimo ridículo firmado en el campo. «Si no somos mayorcitos para dar aquí la cara, evidentemente nos va a costar mucho ahí dentro», sostenía el madrileño, hoy uno de los líderes y referencia ofensiva del mejor Levante.

Aquel vestuario pedía diván. Y la llegada de Paco López, líder de Tercera y sin mucha más experiencia que cuatro partidos con el Cartagena en Segunda y alguno más en los tres filiales de la Comunidad Valenciana en Segunda B (Valencia, Villarreal y Levante), resultó providencial. Solo un punto por encima de puestos de descenso, en la grada se pedía revolución. Pero la voz de Paco López no elevó mucho el tono.

Capaz de ganar en el Bernabéu (1-2) o el Villamarín (0-3) pero también de caer goleado con Sevilla (2-6) o Barcelona (0-5) o de sumar solo un punto en Eibar pese a marcar 4 goles

Metió a la plantilla en su particular centrifugadora, recuperó para la causa a jugadores que se daban por perdidos –un escenario similar al del Valladolid hace un año por las mismas fechas–, y modificó el esquema como primer paso para empezar a exprimir las posibilidades de su nueva plantilla. Dejó en un rincón el 4-3-3 de López Muñiz –42 goles encajados en 27 partidos – y optó por abrigar un poco más su portería como antesala de la reacción. Propuso un 4-4-2 y el enfermo fue poco a poco recuperando el pulso –acabó la liga con 16 goles encajados en 11 jornadas–.

Recuperar jugadores

Por ese diván pasaron jugadores como Boateng o Bardhi, inadvertidos en la primera fase del campeonato que con Paco López en el banquillo ganaron protagonismo a base de minutos de calidad. El que no necesitó terapia fue el anteriormente mencionado 'Comandante' Morales, que desde el primer minuto se convirtió en la mano derecha y extensión del técnico tanto en el vestuario como en el terreno de juego. En el veterano jugador se apoyó en los momentos más delicados de la pasada campaña, y en él se sigue apoyando este año como pilar de un equipo que practica un fútbol alegre y atrevido que es víctima de su propia apuesta.

Capaz de ganar al Real Madrid en el Bernabéu (1-2), al Getafe en el Coliseum Alfonso Pérez (0-1) o de sacar los colores al Betis en el Villamarín (0-3), pero también de sumar solo un punto en Eibar pese a hacer cuatro goles en Ipurua (4-4) o de caer vapuleado ante dos de los tres mejores de la liga (2-6 ante el Sevilla, 0-5 con el Barça).

Una apuesta por un fútbol de riesgo que le convierte siempre en protagonista, ya sea para bien pero también para mal. Esas dos caras le sitúan a estas alturas con un punto más que el Real Valladolid en la clasificación (23), con 6 victorias, 5 empates y 8 derrotas, y un balance de 30 goles anotados por 35 encajados. En esa corriente alterna, el actual Levante de Paco López compagina el 4-4-2 con el que salió a flote hace un año con un 3-5-2 valiente que, por ejemplo, le reportó el mencionado empate en Ipurua.

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