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Los jugadores del Real Valladolid celebran el tanto de Antoñito en el Benito Villamarín. Efe
Los padres de la victoria

Los padres de la victoria

A banda cambiada ·

El autor elogia el momento que atraviesa el Real Valladolid y apunta lo que podría llegar a ser en caso de fichar un '9'

jesús moreno

Valladolid

Miércoles, 24 de octubre 2018

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La racha de este Real Valladolid, que no se circunscribe exclusivamente a los últimos cuatro partidos sino que se remonta a la llegada de Sergio González y de eso hace más de veinte encuentros, ha provocado que el grupo se vea cubierto -con justicia- de elogios a cuál más rimbombante, a veces cursi y otras con un punto de empalago. Es normal que el aficionado, que se había acostumbrado a malvivir en estadios de Segunda hasta el punto de que hay quien todavía sigue esa competición de reojo como si la echara de menos sumergido en una suerte de síndrome de Estocolmo, se frote los ojos ante el rendimiento del plantel en el campeonato más competido de los últimos años y saque del baúl de su vocabulario toda suerte de flores con las que loar al equipo.

Uno de los agasajos más utilizados por el buen momento demostrado hasta la fecha, es el que se refiere a la posibilidad de atravesar el techo de cristal que cuerpo técnico y jugadores han alcanzado en la actualidad si en la próxima ventana de fichajes el club es capaz de reforzar la plantilla con un delantero de los que marcan tres goles con sólo dos oportunidades. Se escucha que es tal el nivel mostrado por el equipo, que en el instante en el que posea un atacante de esos que hacen temblar las defensas como les ocurría a las hienas de 'El Rey León' cuando escuchaban el nombre de Mufasa, el límite no será otro que aquel que permitan nuestras ilusiones, que diría el propio Ronaldo.

En el fondo, lo que encierran esas afirmaciones no es otra cosa que una crítica, aun involuntaria, a aquellos jugadores que en la actualidad ocupan las posiciones más adelantadas, tan artífices como el resto de sus compañeros de la extraordinaria temporada que el Real Valladolid está realizando hasta la fecha. Si el Pucela es un equipo elevado a la máxima expresión, si el compromiso y la solidaridad mostrada por todos los componentes del plantel les haría candidatos al premio Princesa de Asturias de la Concordia, no parece de justicia que en ocasiones, lejos de reconocer a los que están, nos acordemos de los que pueden llegar. A menudo se dice que la victoria tiene cien padres, en el Real Valladolid sin embargo tiene alguno menos, que a los delanteros todavía no se les ha hecho la prueba de paternidad.

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