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Los aficionados encendieron sus teléfonos móviles en la segunda parte de forma simbólica para animar a su equipo. G. Villamil
Real Valladolid: 'Hashtag' enciende tu móvil

Real Valladolid: 'Hashtag' enciende tu móvil

La afición combatió el tedio improvisando una ola con las luces de los teléfonos

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Jueves, 6 de diciembre 2018, 12:26

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No estaba la noche para sacar las manos de los bolsillos. Tampoco para ver fútbol, algo menos para celebrar goles y desde luego que tampoco para festejar la resurrección de un equipo que sigue griposo. O gripado, que uno ya no sabe si es cuestión de motor o de la travesía por el desierto que todos los equipos pasan a lo largo de una temporada. Que ni siquiera la Copa, donde este Valladolid mostró autoridad en la ida, le pudo devolver las sensaciones y el juego que tanto habían hecho disfrutar a la parroquia en los meses con 'r'. Septiembre fue una delicia, en octubre se llegó a hacer la ola, noviembre mantuvo el nivel aunque sin rédito y de repente diciembre ha devuelto a la realidad más cruda. A la de equipo sufridor independientemente del equipo que tenga enfrente. Da igual un Primera de tu mismo rango como el Leganés que un Segunda al alza como el Mallorca.

El sino de este equipo es sufrir. Sufrir en enero, también en febrero, en marzo, por supuesto en abril y veremos en mayo. El aficionado, sabio, se ha dado ya cuenta, y este miércoles incluso empezó su particular campaña para reflotar a su equipo, consciente de que los tiempos de fuegos artificiales han tocado a su fin. En la bolsa ya no hay confeti y de ahora en adelante el apoyo del aficionado va a ser más importante que nunca para sumar en Zorrilla todos los puntos necesarios para superar cuanto antes la barrera de los cuarenta.

El partido volvió a reafirmar el matrimonio que vive la grada con el italiano Verde

Frío e insulso como la noche, el partido ante el Mallorca tenía pocos atractivos e invitaba a poco más que a evaluar el debut de un jovencísimo Apa en la banda derecha, medir las ganas de Ivi y Keko en su vuelta a un partido oficial o confirmar si Óscar Plano es capaz de retomar el nivel que alcanzó antes de caer lesionado. Tres dudas que no tardaron en despejarse. El palentino del filial cumplió con aprobado y el aplauso de la grada, Ivi mostró más ganas que acierto en un partido en el que evidenció falta de ritmo, todo lo contrario que Keko, que pareció no haber dejado nunca la banda con una decena de balones limpios al área, y Plano dio un pasito más en esa búsqueda que ha iniciado para recuperar su mejor tono. Consciente de que el equipo necesita de su verticalidad, el técnico apuró casi los noventa minutos antes de cambiarle.

Esfuerzo conjunto

Dudas aparte, el resto no deparó mayores sorpresas. Lo ya sabido. Poco trabajo para Yoel, poco más que en el partido de ida. Complicaciones justas para la pareja de centrales formada por Joaquín y Luismi, que resolvieron sin apuros las acometidas de la delantera balear con el único lunar del gol –despiste mayúsculo–. Y buen esfuerzo de Anuar en el centro del campo formando tándem con Borja. ¿Arriba? Tampoco deparó ninguna sorpresa el croata Cop, cuyas prestaciones se asemejaron a las de Miguelín en Son Moix.

En un partido plano en el que se cumplió el expediente, la nota novedosa vino desde la grada con un acompañamiento improvisado que sorprendió a más de uno. Llegó en la segunda parte y resultó tan contagioso como llamativo que la grada registrara un aspecto tan saludable en una noche desapacible, víspera de fiesta y sin un rival de campanillas que animara a acudir a Zorrilla. Fueron 9.813 los espectadores que poblaron las gradas del estadio en partido copero, y alguno menos –no muchos menos– los que se animaron a encender sus teléfonos móviles para improvisar una campaña de apoyo a los suyos... y de paso iluminar su camino.

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