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Plano intenta el centro ante Sebas Coris

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Plano intenta el centro ante Sebas Coris E. Saiz-Lof
Real Valladolid

Los viejos defectos condenan de nuevo al Valladolid ante Osasuna

Una primera mitad decorosa dio paso a un segundo tiempo en el que el equipo encajó un sonrojante 3-0

Eloy de la Pisa

Valladolid

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Domingo, 7 de enero 2018, 14:03

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Así no. Definitivamente. Por este camino de flojera defensiva, de falta de contundencia, de trabajo estéril, el Real Valladolid se condena a pasar otro año en Segunda División. Remontar al Osasuna en casa es complicado, pero no saber controlar un partido que tienes de cara después de una primera parte feliz en ataque es hacer oposiciones a ser intrascendente. El Valladolid visitante sigue siendo un chollo.

Osasuna

Masip, Antoñito, Kiko Olivas, Deivid, Moyano, Borja, Anuar, Hervías (Gianniotas, min. 75), Toni (Salvador, min. 67), Óscar Plano (Villalibre min. 75) y Mata

4

-

2

Real Valladolid

Sergio Herrera, Oier, Unai, Lillo, Clerc, Torró, Fran Mérida (Arzura, min. 80), Roberto Torrres (Quique, min. 53), Sebas Coris, (Barja, min. 65) David Fernández, Xisco

  • Goles: 1-0, min. 6: David Rodríguez se planta solo ante Masip después de un error en la marca de Moyano. 1-1, min. 31: Mata remata de cabeza en vaseilna un gran centro de Anuar tras una buena jugada de Hervías. 1-2, min. 45: Mata, en jugada de estrategia. 2-2, min. 70: Mérida, de penalti. 3-2, min. 71: David Rodríguez, con la ayuda de Masip. 4-2: min. 89, error de Borja en la salida y Barja se aprovecha para batir a Masip

  • Árbitro: Isidro Díaz de Mera, del colegio de Castilla-La Mancha. Amonestó a Fran Mérida, Oier, Borja, Mata, Toni, David Rodríguez, Torró, Moyano

  • Incidencias Estadio El Sadar. Sin nieve después de que 30 empleados osasunistas lo limpiaran desde las 7 de la mañana. Césped muy húmedo y blando, pero en aceptable estado para jugar al fútbol. 9.787 espectadores

Y eso que el partido empezó como es costumbre cuando hay franjas blancas y violetas sobre el césped: gol en contra a los seis minutos. Nada nuevo, no es noticia un desajuste defensivo y de que un pelotazo el rival haga una ocasión. Moyano fue el que erró en esta ocasión.

Lo que si cambió fue la actitud del equipo. El gol desestabilizó al grupo, pero a los 20 minutos ya se había rehecho y empezó a jugar al nivel de primeros de temporada. Anuar y Borja acabaron imponiéndose a Torró y el marrullero Fran Mérida; Hervías campó a sus anchas dinamitando la defensa navarra desde derecha y desde izquierda y Mata entró en la guerra de guerrillas que altera a los defensores. Y con toda esa dinamita, el muro osasunista se resquebrajó. Y de qué manera. Por primera vez en la temporada, el Valladolid se fue al descanso ganando pese a empezar perdiendo. Y todo porque Está Mata, porque en la jugada que cerraba la primera mitad funcionó la estrategia y, sobre todo, porque el equipo está más armado atrás y Borja, Anuar y Toni le dan un dinamismo notable a la hora de buscar a un inspirado Hervías y un eficaz Plano.

Pero quedaba la segunda parte. Había que ver como saldría el Pucela. Y no salió mal, pero pronto se vio que el temido empuje de Osasuna iba a dar sus frutos tarde o temprano ante la progresiva deshilazón que iban sufriendo los de Sampedro en la zona de atrás. Osasuna empujaba, cierto, pero sin llegadas especialmente peligrosas. Hasta que Fran Mérida hizo una de las suyas y Antoñito le trabó en el área. Fue el empate, pero también la confirmación de que un cambio de Osasuna había modificado la estructura del partido. Barja, Kike Barja, un canterano había sustituido minutos antes a Sebas Coris. Y Moyano, que había vivido tranquilo hasta ese momento se encontró con palabras mayores. Y ni él ni el equipo ni el banquillo supieron solucionarlo.

El canterano se adueñó de la banda derecha navarra, puso centros, abrió el campo y culminó su partido con un gol después d eun error de Borja en la salida del balón. Él solito puso el impulso que el Osasuna no tenía. Y él solito desmontó el trabajo del Valladolid, al que tanto remar para no llegar a ningún sitio terminará por desmoralizar.

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